9 razones por las que mola ser guionista de series españolas
1. PORQUE NUESTRAS SERIES LE GUSTAN A MUCHA GENTE
Se puede decir de todo de las series de televisión españolas, cosas buenas y cosas malas. Pero lo que no se puede negar es que existe un público masivo que las sigue. Mujeres, niños, adolescentes y hasta familias enteras (de Cuenca y de muchas otras partes) esperan cada semana sentadas frente al televisor la emisión de un nuevo capítulo de su serie de pata negra favorita.
Los guiones que escribimos sus guionistas son el detonante del trabajo que lleva a cabo todo un equipo (directores, actores, técnicos), con el que se consigue que millones de personas se emocionen, rían a carcajadas o se estremezcan. Espectadores que se van a la cama con las historias que inventamos, y las frases que escribimos para sus personajes, resonando en sus cabezas. Sólo por eso, que en realidad es mucho, los guionistas tenemos que irnos a dormir con una enorme sonrisa dibujada en los labios.
2. PORQUE HACEMOS MILAGROS CON LOS PRESUPUESTOS
Excepto algunas excepciones, las series españolas se hacen con dos duros. Sin entrar en cifras concretas (la cosa varía de unas a otras, incluso de una temporada a otra de la misma serie), podría resumirse en que con lo que nosotros grabamos un capítulo entero, los americanos hacen la cabecera. Frente a esos presupuestos, los guionistas tenemos dos opciones: cruzarnos de brazos o hacer malabares.
Con lo que nosotros grabamos un capítulo entero, los americanos hacen la cabecera.
Sin abandonar la guerra por una ficción de mayor calidad, optamos por lo segundo, escribiendo siempre con el dinero real que tenemos para contar la historia. No nos metemos en jardines con secuencias imposibles, o prescindibles, nos las arreglamos para que las tramas necesiten los exteriores justos, y dejamos espacio entre los actores consolidados para los que lo están menos (ver motivo 3). Ponemos todo nuestro empeño en que las historias tengan fuerza sin necesidad de estar cicladas; el músculo lo da el trabajo y el tiempo.
3. PORQUE LE DESCUBRIMOS ACTRICES A ALMODÓVAR
Antes de ser una chica Almodóvar, Blanca Suarez fue estudiante en El internado. Ana de Armas compartió pupitre con Blanca; ahora lo que comparte es protagonismo con Robert de Niro y Keanu Reeves en las películas que ha rodado al otro lado del charco. Paz Vega, que salió de Siete vidas, vive cerca de Ana en Los Ángeles, y tiene sobre la chimenea un Goya. Igual que el que tiene Pilar López de Ayala, que empezó su carrera como actriz en la serie diaria Al salir de clase.
Los chicos tampoco se quedan cortos; Mario Casas o Hugo Silva reventaron los audímetros antes de llenar salas de cine con la última película de Alex de la Iglesia. Y es que la televisión es una gran cantera de actores y actrices que acaban recogiendo estatuillas. Los eligen con acierto los directores de casting, y los guionistas de las series en las que empiezan tenemos la suerte de bautizarles, escribiendo sus primeras secuencias. Somos los que empezamos a explorar sus registros, y a potenciarlos. También somos los primeros en tener el honor de que esas futuras estrellas interpreten nuestros diálogos.
4. PORQUE SE NOS DA BIEN DIALOGAR
En la televisión no queda otra más que cascarlo todo. Esto engancha con lo del drama de los presupuestos (motivo 2): es mucho más barato poner a dos personas hablando que grabarles moviéndose de un lado para otro. Para que estos diálogos capten la atención del espectador tanto como lo hace una persecución de coches, es fundamental que los actores los interpreten bien y, sobre todo, que la materia prima esté bien escrita. Los diálogos en las series de televisión están pensados por los guionistas para que funcionen como la maquinaria de un reloj; no hay una línea de diálogo en un guion que no venga de otra anterior, ni una frase que sea demasiado larga.
Además, a muchos se les dan bien los chistes. Para comprobarlo, nada mejor que pasarse por las cuentas de Twitter de los guionistas de televisión (las de Bárbara Alpuente o Adolfo Valor seguro que os sacan una sonrisa).
5. PORQUE SABEMOS TRABAJAR EN EQUIPO
Una serie puede tardar años en despegar; se presenta el documento de venta, la biblia, el capítulo piloto, y luego la cadena se toma su tiempo para decidirse. Y cuando estabas a punto de darlo por perdido, deciden dar luz verde al proyecto. Los que mandan te dicen que los siguientes episodios tienen que estar escritos casi para ya, que quieren emitirla en la siguiente temporada.
Los guionistas de televisión casi siempre somos capaces de escribir los proyectos en un tiempo record.
Aunque lo ideal sería tener plazos holgados, la realidad es que los guionistas de televisión casi siempre somos capaces de escribirlos en un tiempo record. Pero porque no lo hacemos solos; en la mayoría de las ocasiones, trabajamos en equipo. Pensamos las tramas encerrados durante días con compañeros que nos hacen de frontón de nuestras ideas, y a la inversa. Después nos sentamos a escribir a cuatro manos, ocho o las que hagan falta. Y es que, en la vida, todo es más fácil cuando se hace acompañado.
6. PORQUE SOMOS ESCRITORES
Si en la década anterior las editoriales se encargaron de darle voz literaria a los periodistas, ahora nos ha llegado el turno a los guionistas de televisión. En el mercado editorial dicen que sabemos construir historias para todos los públicos, que manejamos los códigos de la narrativa, y que, además, respetamos los plazos de entrega (en la televisión hemos hecho una mili con eso de los tiempos).
Por eso en las mesas de novedades de las librerías cada vez hay más novelizaciones basadas en series españolas, o novelas que continúan sus historias, como la de Sergio Barrejón, Ese brillo en tus ojos, inspira en los personajes de Amar en tiempos revueltos. También se publican libros con fajas que anuncian a sus escritores como guionistas de series de televisión: Virginia Yagüe, creadora de La señora, ha publicado La última princesa del Pacífico, Ángela Armero, presidenta del sindicato Alma Guionistas, tienen en las librerías Oliver y Max, y Carlos Molinero se ha llevado el último premio Minotauro con su novela Verano de miedo. ¡Y yo voy a sacar mi segunda novela en unos meses con Destino!
7. PORQUE CREAS TRABAJO PARA MUCHA GENTE
Tú, guionista, resulta que un día te sientas a pensar en una serie de televisión; te imaginas sus personajes, las tramas, cómo será el final de la temporada… Se lo presentas todo a una productora, o quizás ya trabajabas para una que te pidió que le dieras al coco hasta sacar la idea. Escribes una buena biblia, la productora te la aprueba y se la pasáis a una cadena.
Y, entonces, resulta que ¡quieren la serie! Tu siguiente paso es montar un equipo de guionistas al que coordinar para seguir escribiendo la historia. Al mismo tiempo, los productores ejecutivos llaman a un director de producción que maneje el presupuesto que tenéis para llevar hasta la pantalla la historia. El director de producción contrata a un jefe de producción, llaman a los carpinteros para que empiecen a montar los decorados, a los de las luces, a la costurera que arregla el vestuario… Durante el tiempo que dure la serie, todos ellos tendrán trabajo. Y el primero que empezó todo eso fuiste tú, el guionista.
8. PORQUE LAS SERIES PUEDEN SER MÁS QUE ENTRETENIMIENTO
En los últimos tiempos, se ha cambiado lo de leer un poco antes de dormir por ver un capítulo de una serie. Al igual que los cuentos que nos contaban de pequeños antes de cerrar los ojos nos ayudaron a elaborar nuestros miedos infantiles, las series de televisión pueden servir como vehículo emocional y de conocimiento.
Series como Isabel o Cuéntame ponen imágenes a los libros de historia, convirtiéndolo en algo aún más apasionante. También es más fácil saber cómo decir te quiero después de haber escuchado la declaración del protagonista de una serie con el que te identificas. Dicen que la televisión es una ventana al mundo; las series pueden ser todo un mirador.
9. PORQUE, POCO A POCO, ESTAMOS CAMBIANDO LAS COSAS
Vale, las series españolas no son como las americanas. Tampoco como las inglesas, ni las danesas. Las nuestras son… pues muy nuestras, con sus cosas buenas y sus cosas malas. A día de hoy, creo que ninguno de los guionistas que estamos en activo queremos perpetuar esas partes negativas. Tampoco apostamos por ideas que ya se han hecho, sino que planteamos cosas novedosas con premisas dramáticas que tratamos de que sean tan potentes como las americanas.
Algunas incluso se coproducen con la BBC, como The Refugees (Bambú). También se apuesta por comedias amargas como la de Raúl Navarro, Miguel Esteban e Ignatius Farray, El fin de la comedia. Nos empeñamos en que dirijan nuestros guiones directores especializados en sus géneros, como Miguel Ángel Vivas (Los tres cerditos) o Miguel Albadalejo (Vive Cantando). Y todo esto lo estamos consiguiendo poco a poco. Lo dice el refrán: Roma no se construyó en dos días.
*Carlos García Miranda tiene 34 años y es guionista de series de televisión como Vive Cantando, El internado y Los protegidos. También es autor de la novela juvenil Enlazados (Destino). Antes de todo eso, estudió un montón de cosas que dejó a medias.