La producción propia ha vuelto con mucha fuerza a Comedy Central ahora que ha dejado atrás la marca Paramount Comedy. El canal que emitió La hora chanante o Noche sin tregua ahora se ha vuelto a "poner las pilas" con programas originales y, después de El fin de la comedia de Ignatius Farray, ahora llega el turno de La lista tonta, que estará conducido por Quequé de lunes a viernes a partir de las 21:30 horas.
El cómico reconoce que, aunque la intención del programa no es parodiar, hay una clara referencia a la lista de éxitos de Los 40 Principales. "Yo soy una especie de Fernandisco demacrado y ya entrado en una edad, aunque engolo menos la voz que él", bromea.
Soy una especie de Fernandisco demacrado y ya entrado en una edad
La principal diferencia con esta lista es que "la gente dice que son éxitos falsos, aunque son muy de verdad". "Me sé todas las canciones", reconoce Quequé, y además apuesta por que haya temas con más recorrido que el propio programa. "Hay alguna que nos puede sorprender y se puede poner en una discoteca a las 3 de la mañana y que la gente la baile".
Las canciones de La lista tonta tienen dos partes para poder tener recorrido propio. "Por una parte, que tu cuñado te las mande por el WhatsApp para echarte unas risas con los niños y la canción en sí. Son buenas canciones desde el punto de vista musical aunque digan burradas. Están muy bien producidas y son todas inéditas. Hay algún temón".
Aunque está enamorado de muchas de ellas, Quequé reconoce tener una debilidad especial por Anormal, la primera que le pusieron para ofrecerle el proyecto. "Cuando llegué al estribillo dije que sí, me encantó".
Esta propuesta llegó hace cerca de mes y medio, cuando los videoclips ya estaban grabados. Creyeron que sería importante tener una cara que diera paso a los vídeos y explicara algunos puntos, y fue así como llegó Quequé. "Mi papel no es clave, pero da más rollo que tenga presentador", asegura.
El cómico abre así de nuevo la puerta a la televisión, donde en los últimos años no ha aparecido tanto como nos tenía acostumbrados. "Llegó un momento en que me atoré, me ofrecían cosas que ya había hecho o era todo el mismo estilo. Me apetecía más centrarme en otras cosas. Tienen que ser formatos chulos como La lista tonta o cosas de ficción".