Melchor, Gaspar y Baltasar ya estaban entre nosotros un mes antes de que dieran comienzo estas entrañables fiestas, ya que todas las cadenas -salvo TVE- llenaron sus parrillas de propuestas de regalos y, de vez en cuando entre medias, algo que poder ver. Los anuncios en estas fechas siempre han sido abundantes, son los de mayor consumo.
Hablemos de publicidad televisiva. Este año, mis ojos -que no dejan de sorprenderse- me han permitido ver un perrito de peluche que hace caquitas, naves espaciales imposibles, muñecos que dan miedo e incluso caballitos multicolores o correpasillos imposibles. Para los juguetes, los actuales anuncios emplean niños que no son como los de antes, los de mis años infantiles. Ahora parecen personas mayores que juegan a ser niños.
Uno de los primeros anuncios que recuerdo con cariño -y eso que las muñecas parecían salidas de The Walking Dead por la forma de dirigirse al portal- es el de las muñecas de Famosa. Cierro los ojos y vuelvo a ver a esos pastorcillos pecosos -como salidos de una tarjeta ilustrada por Ferrandiz- en este anuncio en blanco y negro. Se asomó por primera vez a principios de los 70 y su gingle pegadizo ("Las muñecas de famosa se dirigen al portal...") se ha convertido en todo un hit. Tal fue su éxito que en los 80, ya con el color, repitieron la fórmula, pero en esta ocasión eran las niñas las que llevaban sus muñecas al niño Jesús.
Otro de las anuncios de los que guardo por su aroma es precisamente el de la colonia Chispas. Este era en color y su pegadizo gingle sobre tu primera colonia permitían hacer volar la imaginación ("Tu primer viaje, tu primera canción, tu primer amigo, tu primera colonia..."). Ahora con el paso del tiempo y viendo este anuncio ochentero gracias a la prodigiosa memoria de Youtube me pregunto una y mil veces ¿qué podía yo ver en él?
En 1988, la agencia española Contrapunto realizó para TVE una serie de seis spots para la campaña de TVE Aprenda a ver la televisión. La estrella era una perrilla llamada Pippín que se convirtió en todo un fenómeno social. Algo impensable -por el mensaje de la campaña- en las cadenas hoy en día ya que lo que se pretendía era que los padres dosificaran el consumo televisivo de sus hijos. El anuncio con la rotunda voz en off de Constantino Romero, contaba la historia de un perro que hacía la maleta y se marchaba de casa porque su dueño, en este caso un niño, no le hacía ningún caso porque se pasa todo el día viendo la televisión. Dos de estos anuncios obtuvieron, en 1989, el Gran Premio de la 36 edición del Festival de Cine Publicitario de Cannes.
Dejamos para el final un anuncio que marcó a millones de españoles y que en 1997 se convirtió en todo un fenómeno televisivo y social. Era el año en el que la telefonía móvil comenzaba a dar sus primeros pasos. Airtel se hizo con un lugar en nuestros corazones, aunque a los que se llaman Eduardo no les haga mucha gracia y aún hoy en día, dieciocho años después, los “Edu” de media España se sigan acordando de este comercial.
¿El motivo? La frase: "Hola, soy Edu, Feliz Navidad". Era la clave de esta campaña en la que presentaban una oferta de tres meses gratis en llamadas y el pequeño Edu, un niño de no más de 9 años, llamaba por el móvil sin parar de repetir la cantinela para felicitar las Pascuas.