Después de la polémica generada por sus declaraciones sobre la adaptación a la televisión de Alatriste, Arturo Pérez Reverte ha querido hacer algunas puntualizaciones en una entrevista al diario El País.
Sin embargo, parece que el escritor echa más leña al fuego. Pérez Reverte ataca ahora a Telecinco por haber presionado a actores y productora por haber querido convertir a la serie en un "Sálvame del siglo XVII".
"José Manuel Lorenzo quería ser fiel a la historia original. Pero tanto él como los actores tuvieron presiones por parte de la cadena para que la historia no fuese tan oscura ni tan sombría y fuese más Telecinco: más luces, más sexo, más piruetas... Aun así, estoy agradecido tanto a Lorenzo como a los actores porque dentro de lo que pudieron, resistieron las presiones y no convirtieron Alatriste en un Sálvame del siglo XVII”.
Asimismo, vuelve a criticar la falta de un asesor histórico. “En España no existe esa costumbre del rigor histórico a la hora de hacer una serie y darle credibilidad. Además, la luminosidad que dieron en la proyección resaltó los defectos”, explica. “En España no se dedica el interés, el rigor y el esfuerzo necesario para que una serie sea redonda plástica y visualmente”, añade.
“Lo que lamento es que todas esas pequeñas miserias que acompañan en España el calvario de hacer una serie de televisión digna hayan impedido que el proyecto fuese redondo”, comenta.
No obstante, como ya hiciera el pasado jueves, Pérez Reverte vuelve a salvar las labor de los guionistas. "Los guiones son espléndidos. Es muy complicado meter Alatriste en una serie y los guionistas lo hicieron muy bien. Aitor Luna me parece estupendo. Alatriste es un personaje mayor, curtido, veterano, pero la cadena, apuntando a su público, decidió rejuvenecer el personaje. Aun así, Aitor está espléndido. Ese silencio, esa mala leche, esa chulería...”
“Aquí tenemos magníficos guionistas y, muchas veces, cuando ves sus guiones ejecutados son muy diferentes. Es la pesadilla española: la falta de medios, la falta de interés, también por parte del público. Las cadenas han descubierto que es más barato hacer una serie con cuatro tipos hablando en un decorado que una serie histórica. Por eso el caso de Isabel tiene tanto mérito: está muy bien y triunfó. Brillantes proyectos de guion y buenos actores se ven frustrados porque los medios que se ponen no están a la altura de las circunstancias”, concluye.