El exitoso montaje para casar a cinco tróspidos
Mari Carmen, Andrea, Leti, Toya o Roi. Ellos son algunos de los personajes que han sido descubiertos gracias a ¿Quién quiere casarse con mi hijo? Sin embargo, nada sería de ellos o del programa si no fuese por el original montaje que tiene a sus espaldas. Este miércoles, Cuatro estrena la cuarta temporada del programa (22:30 horas) que promete volver a los orígenes.
El programa se graba durante nueve semanas en lugares paradisiacos, hoteles de ensueño y rincones que sólo permiten enamorarse. Nueve semanas de grabación que dan mucho metraje. Sin embargo, ¿Quién quiere casarse con mi hijo? sólo tiene que durar entre siete u ocho galas que deben contener el máximo de información posible. Y es ahí donde entra la edición y el montaje.
En Bluper hemos hablado con Marta Torres, codirectora del programa y guionista de edición. El proceso es largo. “Desde que llega el material en bruto de la productora hasta que pasa a emisión las imágenes pasan por muchas manos”. Como si se tratase de una cadena de montaje, con la imagen como el producto que está encima de la cinta transportadora, cada uno tiene su objetivo.
Cada concursante tiene un preocupador que ve absolutamente todos los totales
“Cada concursante tiene su propio precortador distinto que ve absolutamente todos los totales y transcribe todo. De los recortes se pasa a sala de edición. Hay cinco editores que son cinco estrellas. De ahí pasan todas las piezas a mi sala, que tengo desde hace muchos años con mi pareja de edición Max”, relata Torres sobre esta fábrica de montaje que tiene nombre de programa de televisión.
“El montaje de ¿Quién quiere casarse con mi hijo? no es una idea, es un proceso”. Marta Torres comenzó su carrera en este tipo de programas con Mujeres ricas, a las órdenes también de Cuatro Cabezas. Después vinieron programas como Princesas de barrio hasta que cayó en sus manos este original busca parejas. “Mujeres ricas se rodó como un docureality serio y nos dieron la oportunidad de editarlo como quisiesemos y considerásemos”, comenta la directora.
Está todo vendido en televisión. Lo único que podíamos ofrecer es cómo contarlo
Aunque desde un principio se vendió este programa por su casting, el espectador rápidamente supo engancharse a la forma de contar la historia más que a lo que se estaba realmente contando. “Teníamos que pensar cómo hacer un reality al uso pero que tuviera una novedad. Para mi gusto está casi todo vendido en televisión, y más en el mundo del reality. Lo único que podíamos ofrecer es cómo contarlo. Decidimos contarlo así, como un mundo mágico, un mundo blanco donde todo es casi siempre bueno”.
Sus víctimas son los concursantes, pero también la propia Luján Argüelles, que se ha convertido en la celestina por excelencia de la televisión. “Cuidamos a los personajes. En una grabación tan larga hay momentos buenos y momentos no tan buenos. Nosotros intentamos que el momento no tan bueno de la gente no salga. Puede salir un momento gracioso, de algo que te puedas reír con él de algo que ha dicho o ha hecho. Pero intentamos no tocar temas que puedan hacer daño de verdad o que puedan molestar. Tenemos especial cuidado con eso”, comenta Marta Torres.
La nueva temporada del programa
Diego, David, Rafa, Markus y Sandro. Ellos son los nuevos hijos que buscan dueño para su anillo de compromiso. Todo iría como la seda, pero entre ellos y sus pretendientes están sus madres. Cinco mujeres que, en ocasiones, se convierten en las verdaderas protagonistas de este culebrón.
Diego tiene 23 años y se declara un “friki incorregible”. Un enamorado de las películas de serie B, la copla y la música hortera, tendrá a su lado a Estrella, su madre. Ella odia la vulgaridad y durante muchos años ha llevado un elevado nivel de vida.
David tiene 37 años y se describe como un “niño mimado”. Todavía vive con su madre, María Rosa, una transita y profesional de la astrología cuyas aficiones son el hip hop y la música negra.
Rafa es el pudiente de esta historia de amor. Tiene 22 años y vive en Marbella como un emprendedor millonario. Busca una mujer a la que ponerle una gran joya. Ella tendrá que ser aceptada por María Luisa, su madre, una mujer con acento francés y andaluz que está cansada de que a su hijo le persigan chicas que sólo buscan dinero.
Markus es modelo. Tiene 28 años y quiere mirar algo más que no sea su propio reflejo. “Mi mujer ideal es un putón familiar”, dice. A su lado tendrá a María José, su madre, que busca para su hijo a una mujer cariñosa y religiosa, como ella.
Por último, Sandro es monárquico, juancarlista y de derechas. Busca un hombre que ocupe su corazón. dice que le han llegado a llamar “afeminado y mariquita”. Su madre, Rosa, se infiltrará entre sus candidatos para descubrir quién va de frente y quién trata de engañarlos. Ella dice: “Yo a los homosexuales los huelo”.
Un formato de éxito
¿Quién quiere casarse con mi hijo? se ha convertido en uno de los emblemas de Cuatro. Desde el día de su estreno, el programa se convirtió en toda una revelación de audiencias para la cadena, que no pasaba por su mejor momento. Su primera temporada cerró con un 9,9% de media. Su segundo año, el más visto, tuvo un 11,7% de cuota media. La edición emitida en 2013 marcó un 10,3%.
Ha pasado más de un año desde que la cadena no emite este programa de televisión. Ha descansado. Después de numerosos programas que persiguieron el éxito de este formato, como Un príncipe para… o Adán y Eva, la cadena prefirió darle un respiro a los tróspidos. “Queríamos volver a los orígenes”, declara María Recarte, directora de contenidos de la productora Eyeworks Cuatro Cabezas.
“Es un programa de difusión viral, y tiene su atractivo en verlo a través de redes sociales”, declaró Manuel Villanueva, director de contenidos de Mediaset España, durante la presentación del programa. “Este programa es una declaración de intenciones de la línea de Cuatro, muy fraguada de programas de entretenimiento con humor”, completó el directivo del grupo.