Leonardo DiCaprio ya lo sufrió a las órdenes de Christopher Nolan. Un sueño dentro de un sueño. El problema es que para salir del sueño hay que sincronizar cada nivel. Y cuando uno entra en un sueño dentro de un sueño dentro de un sueño, es muy difícil conseguirlo. Leo lo consiguió. Telecinco lo intentó. Metió un reality dentro de un reality dentro de un reality. No se sincronizó y se perdió.
El mundo de verdad, el que no vemos pero sabemos que existe, se llama Mediset España. Está situado en el madrileño barrio de Fuencarral. Allí hay grandes platós de televisión donde se ruedan muchos programas, muchos sueños. Uno de ellos se llama Sálvame, su reality. Telecinco probó las mieles del programa presentado por Jorge Javier Vázquez muy poco a poco. Pequeñas siestas y pequeños coqueteos nocturnos. Pero, de pronto, se enganchó.
Telecinco no podía parar de dormir y meterse en ese sueño llamado Sálvame. Pero todo estaba controlado. Sólo era un programa de televisión y podía permitírselo. El éxito del formato les llevó a arriesgarse. Como Leonardo DiCaprio. Un sueño dentro de un sueño. Un sueño dentro de Sálvame. Y entonces probaron a meter la esencia del programa en GH VIP. Un reality dentro de un reality.
Belén Esteban, Olvido Hormios, Aguasantas, Kiko Rivera, Laura Cuevas… Todo el universo Sálvame metido dentro de una casa. Parecía que todo estaba controlado, que todo estaba sincronizado y Telecinco podría despertar de ese sueño cuando quisiese. Pero no. Telecinco se ha perdido en el intento y el virus se ha repartido por todos los pasillos de Mediaset España.
Y los virus se esparcen muy rápido. Ya no hay programa que no se haya salvamizado. El éxito de GH VIP ha convertido todo en un reality. Desde El programa de Ana Rosa, que comienza desde primera hora de la mañana a hablar de las aventuras de la Esteban y la exconcejala, hasta Hay una cosa que te quiero decir por la noche, que se nutre de personajes como Los Chunguitos o la Campanario para sus sorpresas. Todo está salvamizado.
Telecinco está contaminado. Una contaminación exitosa (y no que no quiere decir que sea mala). Pero contaminado. Pérez-Reverte dio gracias al equipo por no convertir Alatriste en un Sálvame del siglo XVII. Pero se equivocaba. Alatriste también es Sálvame. Ahora todo va bien y no hay que despertar de ese sueño. El problema llegará cuando quieran despertarse. De momento, todo es Sálvame. Mujeres y hombres y viceversa lo es. Supervivientes lo es. Cazamariposas lo es. Hable con ellas lo es. GH VIP lo es. Guadalix es Telecinco. Un reality dentro de un reality.