El pasado sábado, Podemos convocó a miles de simpatizantes en la Marcha del Cambio, una manifestación en la que querían demostrar la fuerza que todas las encuestas les dan desde hace meses. El resultado fue todo un éxito, con toda la Puerta del Sol de Madrid y las calles aledañas abarrotadas de gente.
Entre 100.000 asistentes según la Policía y 300.000 según los organizadores apoyaron esta marcha. Y esto solo ha sido la demostración física del apoyo que tienen, ya que desde que consiguieran representación en el Parlamento europeo en mayo del pasado año el nombre de este nuevo partido ha estado en todas las salsas.
Con las elecciones generales a la vista previstas a finales de año, cadenas de televisión, Academia y partidos políticos se han de replantear un tema importante para la campaña. ¿Qué hacemos con los debates electorales una vez demostrada la ruptura del bipartidismo?
La fórmula utilizada hasta el momento no se puede repetir
Tradicionalmente, los debates entre candidatos a Presidente del Gobierno han sido algo muy complicado de llevar a cabo por la falta de interés de los partidos políticos. Con el PP en pleno auge, se produjeron los dos primeros en 1993 con Felipe González y José María Aznar.
Ni electores ni organizadores pueden permitir que tan solo PP y PSOE acudan a los debates
Hubo que esperar hasta el año 2008 para poder ver de nuevo a los líderes de PP y PSOE enfrentándose ante las cámaras, con Rajoy y Zapatero como debatientes. Y en 2011, la falta de acuerdo imposibilitó doble debate entre Rubalcaba y el propio Rajoy, quedándose tan solo en la ida.
En 2015, esto no puede ser así. La sociedad evoluciona y la política también lo está haciendo. El bipartidismo está roto y ni electores ni organizadores pueden permitir que tan solo los dos grandes partidos tradicionales vuelvan a debatir. La excusa de que tan solo los partidos con mayor representación parlamentaria deberían hacerlo se cae cuando el clamor por un tercer partido es tan popular.
¿Cuáles son las opciones?
Descartada la opción tradicional, los partidos deben abrir sus miras y explorar nuevas vías. Una de ellas sería incluir a Podemos en un debate a tres. Pablo Iglesias se podría ver las caras con Pedro Sánchez y Mariano Rajoy, pero es complicado tanto que estos dos últimos acepten al líder de Podemos como rival como que éste se adapte a las numerosas condiciones que suelen poner tanto PP como PSOE para este tipo de formatos encorsetados.
El debate más plural incluiría a Rajoy, Sánchez, Iglesias, Rivera, Díez y Garzón
La opción más viable para unas elecciones que prometen la mayor pluralidad en el Congreso de los casi 40 años de democracia es que sea un debate igual de plural. Si se abren las puertas a Pablo Iglesias, se deben abrir al resto de partidos con posibilidades y no convertir un "bipartidismo" en "tripartidismo".
Tanto UPyD como Izquierda Unida o Ciudadanos se han ganado el derecho a estar en ese debate. Un debate a seis generaría críticas en otros partidos regionales con posibilidad de representación como CiU, Esquerra Republicana o PNV, pero dado que ningún sistema gustará a todos, hay que buscar el que resulte más plural sin convertirse en un auténtico caos.
Mariano Rajoy, Pedro Sánchez (o quien le gane en las primarias del PSOE), Pablo Iglesias, Alberto Garzón, Rosa Díez y Albert Rivera tienen que verse las caras en televisión en noviembre. Un debate de ida y vuelta en el que las seis principales fuerzas nacionales expliquen sus programas electorales y se pueda observar un ejemplo de lo que será el Parlamento tras las elecciones. En esto, como en otras muchas, también hay que cambiar.