Han pasado 25 años y parece que fue ayer (las hojas del calendario pasan a la velocidad de la luz) cuando en la redacción de ABC donde trabajaba recibíamos un día sí y otro también (había jornadas de mañana y tarde) una convocatoria de prensa de la recién nacida Telecinco.
Valerio Lazarov presentaba las apuestas con las que vestía a la recién nacida. En estos comienzos los designios de la cadena tenían dos puntos estratégicos: Torre Picasso y los estudios de Fuencarral (los antiguos Estudios Roma). En el primero estaba el epicentro y era el lugar al que acudíamos los periodistas a los visionados y a las ruedas de prensa.
Allí en una sala en la planta 36, tras subir en un ascensor en el que viajabas a la velocidad de la luz, los responsables de prensa nos recibían con el dossier y junto a éste una libreta, un bolígrafo y un simpático llavero con el logo de la cadena (el de la flor y el cinco).
Reconozco que llegué a tener una buena colección y aún conservo alguno. Recuerdo, entre otros, a Pedro Paniagua, Mónica Pérez, Fernando Martín, Mar Corral y Federico Molina. Este último, con el tiempo dejó prensa y hoy en día es uno de los grandes reporteros de los Informativos de la cadena.
Quiero tener un especial detalle por el gran -como persona y profesional- el fotógrafo Willy Meneses. Hace años que nos dejó a causa de una terrible enfermedad; pero él, junto a su mujer Elisa, eran los encargados de que a los “plumillas” no nos faltara una imagen de tal o cual programa y a los colegas les ofrecía su ayuda profesional. Para él no había imposibles y siempre trataba de facilitar la labor.
Tampoco quiero olvidarme de Ángel del Pozo. El actor conocido en los años sesenta por títulos como Margarita se llama mi amor, Vuelve San Valentín o Escala en Hi-fi era el Relaciones Públicas de los Estudios en Fuencarral. Todo amabilidad y ganas de ayudar a todo el mundo cuando acudíamos a alguna grabación o a entrevistar a alguna de las estrellas de la cadena como por ejemplo Carmen Sevilla y su Telecupón.
Los primeros programas de Telecinco
Según cuentan algunas leyendas, en más de una ocasión cuando las grabaciones del Vip noche se alargaban a más tarde de las diez, el bueno de Ángel cruzaba la carretera y reclutaba como extras a los jóvenes que en ese momento estaban haciendo la mili en el cuartel de enfrente.
En más de una ocasión te encontrabas a las Mama Chicho en los pasillos ensayando en los pasillos de Telecinco
Hay quien asocia los orígenes de Telecinco con las Mama Chicho. Ellas y su participación en Tutti frutti dieron con su bailes popularidad a la cadena. En más de una ocasión cuando acudías a los estudios no era de extrañar que te las encontraras en los pasillos ensayando al ritmo de la música de un cassette.
Pero hay otros programas que, a su manera, marcaron estos comienzos. Uno de ellos fue VIP de Emilio Aragón (con sus John Smith blancas, gafas redondas, smoking y pajarita) y su variante infantil Vip Guay. También La quinta marcha conducido por Natalia Estrada a la que sustituyó una adolescente Penélope Cruz. En este espacio fue donde dio sus primeros pasos Jesús Vázquez que luego presentaría Hablando se entiende la basca del que se hizo un formato para adultos, Hablando se entiende la gente, presentado por José Luis Coll.
Penélope Cruz sustituyó a Natalia Estrada en 'La quinta marcha'
De esos primeros años no hay que olvidarse de Su media naranja, presentado por Jesús Puente (“señoras, al jardín”) o el magazine Telecinco, ¿dígame? presentado por Laura Valenzuela y Javier Basilio.
Arancha del Sol y Andoni Ferreño presentaron con gran éxito Viva los novios y Manolo Escobar Goles son amores.¿Quién no recuerda el Karaoke diario con el que Paco Morales recorrió media España? Telecinco fue pionero en las galas musicales entre ellas. Tambiéne estuvo Desde Palma con amor (presentado por Concha Velasco) o Desde Ibiza con amor.
No quiero olvidarme de Entre platos anda el juego, presentado por Juanito Navarro (don Ciruelo) y Simón Cabido como Doña Cloqueta. Se trataba de un concurso de preguntas y respuestas con la cocina como tema básico y tenía números de humor a cargo de Rafaela Aparicio.
Telecinco trajo a España algunas de las series del momento
En muchas ocasiones durante la presentación a los medios de algunos de estos programas los allí convocados nos mirábamos de reojo y nos preguntábamos si lo estábamos soñando o era producto de la rápida ascensión en el ascensor desde el suelo de Azca a la planta 36 de Torre Picasso.
Telecinco trajo en sus comienzos algunas de las series del momento como es el caso de Sensación de vivir, Mel Rose Place, Twin Peaks, Camino al infierno y muchos de sus protagonistas estuvieron de visita en nuestro país por gentileza de esta privada.
En los comienzos de Telecinco, si el espectador necesitaba información, solamente había un espacio: Entre hoy y mañana, conducido por Luis Mariñas (“Así ha sido el día y así se lo hemos contado”, decía).
Muy recordada fue aquella serie de programas presentados por Jesús Gil desde Marbella (dentro y fuera del jacuzzi) o con su caballo Imperioso y en especial una entrevista que le hizo al humorista británico Benny Hill.
Victoria Abril y Miguel Bosé presentaron la gala de presentación de Telecinco
La gala de presentación (titulada Por fin juntos) fue en el madrileño Cine Lope de Vega (el teatro donde actualmente triunfa El Rey León), un espectáculo lleno de luz y color con actuaciones de grandes estrellas internacionales y números visuales. Los presentadores Victoria Abril y Miguel Bosé, que al final aparecía en el escenario vestido a lo Seré tu amante bandido y anunciaba a golpe de látigo la película con la se abría la sesión de Cine Cinco estrellas que no era otra que Indiana Jones y el arca perdida.
Recuerdo que al salir, era imposible coger un taxi y mientras que esperaba a ver esa luz verde salvadora del relente de la noche, en varias furgonetas alineadas en la acera estaban los técnicos, electricistas, montadores, cámaras, azafatas que se encontraban en ese momento recogiendo todo el material. Eran las tantas de la madrugada y por el lío de cables de todos los colores, era evidente que aún les quedaba tarea para rato; pero ni un gesto de cansancio, todo lo contrario más bien de felicidad porque sentían que estaban formando parte del nacimiento de algo grande.