Las mentiras de Anna Allen no son algo nuevo. Hace 20 años ya se inventaba historias e incluso algunas de ellas llegaron a hacer mucho daño a una de sus víctimas: un hombre al que acusó de violación.
Así lo narra en La Otra Crónica el protagonista de la historia, Manel Ortega, que ahora quiere que se sepa lo que ocurrió. En 1995, cuando Anna Allen acababa de cumplir los 18 años, coincidieron en las carpas de una discoteca de San Cugat del Vallés.
"Empezamos a tontear. Me miró provocadora, muy sexual. Tras varios besos, nos metimos en un baño y lo hicimos", afirma Ortega. No se volvieron a ver hasta tres años después a pesar de que en la denuncia posterior ella afirmó que el entonces acusado había intentado abordarla.
Ni el juez ni el fiscal creyeron la versión de Anna Allen y desestimaron la causa por violación
Esta fue una de las claves para desestimar la acusación, ya que la sentencia cree que no es lo habitual que un violador intente establecer contacto con la víctima. También influyó el tiempo que tardó en denunciar a su Ortega.
Anna Allen presentó como prueba el testimonio de su terapeuta, que afirmó que tenía estrés postraumático. Pero el juez creyó que esas declaraciones no eran concluyentes.
Finalmente, se desestimó esta causa que no llegó a creer siquiera el fiscal, que no presentó acusación. Pero a Manel Ortega ya le había destrozado la vida la actriz, algo que no olvida.