"Hoy es mi último día aquí. Ha sido muy bonito y estoy muy agradecida por haber estado aquí. Pero hay que dar paso a nuevos proyectos", decía este viernes Mariló Montero en su habitual saludo a María Casado en Los desayunos de TVE.

Rápidamente sus palabras corrían como la pólvora a través de las redes sociales. ¿Estaba anunciando su marcha de TVE?, se preguntaban muchos. De hecho, medios como La Gaceta se aventuraron a publicar que la presentadora abandonaba la cadena pública.

Nada más lejos de la realidad. Fuentes de TVE confirmaban poco después que aquellas palabras eran simplemente un cebo: Montero seguiría al frente de La Mañana, aunque este lunes estrenará plató y novedades.

Engaños como los de Mariló vuelven a desacreditar a la televisión pública

No seré yo quién defienda a un medio que, ansioso por anotarse el tanto de ser el primero en lanzar una noticia de cierto impacto, se haya olvidado de una regla básica del periodismo: contrastar una información. Ya saben que últimamente abundan este tipo de medios.

Pero con esas palabras, Montero demostró ser una mala profesional, por no decir mala persona. Hay maneras y maneras de realizar un cebo. Lo hacen todos los programas de televisión. Pero la navarra quería volver a ser TT a costa de engañar a sus espectadores e incluso a la prensa.

Engaños así para una cadena como TVE, cuya credibilidad no atraviesa por su mejor momento, no son nada positivos. Es más, vuelven a desacreditar a una televisión pública que no puede utilizar las mismas herramientas que las privadas para arañar unas décimas de audiencia, ya que lo más importante no debe ser el share, sino el rigor y la calidad.

El bufón de TVE

Y Mariló, desde luego, no es sinónimo de rigor. Ya lo ha demostrado en varias ocasiones. No hace falta que les recuerde su último episodio del limón en el que TVE se vio en la obligación de regañarle públicamente, para sólo 24 horas después salir a defenderle.

Ante hechos así, uno no puede evitar preguntarse: ¿por qué la dirección sigue confiando en la periodista? Pues bien, parece mucho más sencillo de lo que parece. Como bien comentaba un compañero, Mariló es la pieza perfecta para el plan del Gobierno de desmontar de TVE, su caballo de Troya.

Mariló es la pieza perfecta para el plan del Gobierno de desmontar de TVE

Sí, amigos. Y es que, cada vez que la presentadora mete la pata, TVE pone en juego su imagen, su marca, su credibilidad. En otros países, meteduras como las de Montero llevarían a la apertura de un expediente o al cese inmediato.

Sin embargo, en nuestro país, donde el verbo dimitir a muchos les suena a nombre ruso, tenemos que encontrarnos con comunicados de TVE defendiendo el trabajo de una persona que protagoniza más portadas por hacer el payaso que por hacer periodismo.

Y así será mientras José Antonio Sánchez y los suyos sigan queriendo enterrar la televisión pública como ya hicieron con Telemadrid.