El pasado lunes estuve muy atento a TVE. Se trataba de un día clave para la política española, pero también para averiguar hacia dónde iría la televisión pública en este año electoral. Y no decepcionó. O sí. La pública sigue metida en esa burbuja en la que se creen que lo que no se cuenta entre sus cuatro no existe. Pero hace mucho tiempo que TVE dejó de ser un canal unidireccional.

"El bipartidismo se mantiene a la cabeza pero cede 17 escaños en tres años" titularon en el Telediario de TVE en la jornada del lunes. La noticia estuvo ilustrada con Mariano Rajoy como el auténtico vencedor de las Elecciones Andaluzas. Nada más y nada menos.

La manipulación llevada al punto de la sinvergonzonería. Cada día estoy más seguro de que la televisión publica es necesaria. Y cada vez estoy más seguro de que las altas esferas que no piensan así se la quieren cargar. La televisión española pública no les sale cuenta a muchos y la quieren destruir. Y si desde fuera no lo consiguieron ahora lo quieren hacer desde dentro.

Están bombardenado parte de nuestra historia delante de nuestra cara

El Partido Popular se metió en cada esquina de cada estudio como un caballo de Troya trajeado. Y, desde dentro, están bombardeando parte de nuestra historia delante de nuestra cara. La alfombra roja que extendieron el pasado sábado fue una gota que llenó un vaso que se lleva llenando estos tres últimos años. Gotas de sudor de los que se esfuerzan por terminar con la cadena. Gotas de lágrimas de los trabajadores que sufren cada día viendo como destruyen su casa.

En TVE están algunos de los mejores profesionales de la pequeña pantalla. Pero están con las manos cruzadas mientras el Consejo de Administración recibe con las manos abiertas al desprestigio y la falta de respeto al espectador. Sí, y es que es el Consejo de Administración el máximo culpable del ridículo por el que TVE pasa en muchas ocasiones. Por dar luz verde a ciertos programas que, a sabiendas de su falta de calidad, terminan siendo encargos de amigos, vecinos y políticos. 

Un Consejo capitaneado por José Antonio Sánchez, presidente de RTVE. La punta de la pirámide. Ése que destruyó Telemadrid. Ése que, casualmente, después de ser elegido a dedo por el PP para ponerse al frente de la Corporación, admitió este martes haber comandado los informativos durante las elecciones. Algo que no es de su competencia. Sánchez, sin duda, es la auténtica vergüenza de esta televisión pública. No maten al mensajero.