Desde que el 25 de mayo del pasado año Podemos diera la sorpresa y entrara en el Parlamento europeo con 5 escaños, la histeria colectiva se ha ido propagando en diversos sectores. La frase ¡Que viene Podemos! se ha utilizado como sinónimo de ¡Que viene el coco!, pero no nos hemos dado cuenta de que el coco ya está aquí y tiene un color muy distinto.
En concreto, quiero referirme al tema del control de medios. Y es que Pablo Iglesias ha sido muy criticado por la propuesta programática que ha hecho para la prensa, algo que en parte comparto. Lo que no me entra en la cabeza es que los críticos con este partido "se olviden" de que ese control ya está sucediendo con el actual Gobierno.
El Gobierno forzó la destitución de Ana Pastor en TVE, Pedro J. Ramírez en El Mundo y Jesús Cintora en Cuatro
Al principio, vimos que a los pocos meses de la llegada de Rajoy al Gobierno, Ana Pastor fue destituida de Los desayunos de TVE. Los medios públicos siempre han sido la principal arma para la manipulación, pero en este caso en los 3 años que lleva ya su gestión se ha llegado a límites insospechables.
TVE es un caso analizable aparte, pero lo más grave es que los tentáculos del Gobierno están llegando a los medios privados. Como si estuviéramos en la Edad Media, el poder ejecutivo quiere controlar toda la información que surge de sus afines y de los partidos contrarios.
Pedro J. confirmó que Rajoy ha sido el Presidente más interventor con la prensa
Esto se vio claramente en El Mundo en enero de 2014. El periódico fue uno de los principales impulsores del gran escándalo que ha rodeado al PP en los últimos años: su corrupción. Los papeles de Bárcenas, el caso Gürtel o el ático de Ignacio González fueron algunos de los temas que Pedro J. Ramírez siguió de cerca. E incluso llegó a tener una discusión pública con el Presidente de la Comunidad de Madrid en las ondas de Cadena COPE.
¿El resultado? Pedro J. fue destituido de su puesto como director de El Mundo. Él mismo reconoció hace unos meses en una entrevista concedida a The New York Times que la razón había sido "hablar demasiado". "Los anteriores presidentes, incluido el socialista José Luis Rodríguez Zapatero, aceptaron las críticas de la prensa", aseguraba el periodista. "Pero todo cambió cuando Mariano Rajoy llegó al poder. Aunque le apoyamos desde El Mundo en tres ocasiones, una vez en el poder mostró hostilidad hacia las verdades incómodas e indiferencia respecto a la opinión pública".
El Gobierno, nervioso ante la inminencia de las elecciones, ha forzado la destitución de Cintora
Pero el Gobierno sigue adelante con sus presiones hacia los medios de comunicación. Con las elecciones autonómicas y municipales a la vuelta de la esquina, y las generales en las que el propio Rajoy se jugará el puesto poco después, en Moncloa hay nerviosismo. Saben del ascenso de Podemos y de Ciudadanos, y no quieren consentirlo. Y si para ello tienen que luchar contra la libertad de expresión en medios privados con chantajes, lo van a hacer.
Tanto Mediaset como Atresmedia han recibido presiones del Gobierno ante una línea editorial que no les favorece
El último caso lo acabamos de vivir. Jesús Cintora ha sido destituido de su puesto como presentador de Las mañanas de Cuatro tras haberse convertido en el gran azote del Gobierno en los últimos dos años y haber dado voz a Podemos. Mediaset ha cedido, pero no es la única cadena que ha sufrido estas presiones.
No es ningún secreto que Atresmedia también ha recibido llamadas desde Moncloa para que rebaje su tono. E incluso Esperanza Aguirre ha criticado públicamente que Antena 3 o laSexta hayan dado "publicidad" a Podemos, llegando a vetar a estas cadenas en su precampaña electoral.
No es normal que estas cosas ocurran en pleno siglo XXI. Critiquemos que Podemos quiera tener una ley para el control de medios, pero critiquemos igual que el PP lo haga sin necesidad de leyes. Con los primeros tenemos la opción de no votarlos si no nos gusta lo que plantean. Los segundos esconden sus actuaciones y las hacen en privado, no dando la cara ante sus propios electores. Que viene Podemos, sí. Pero viene a hacer públicamente lo que ya se está haciendo sin que quieran que lo sepamos.