Un necesario enfrentamiento entre la comedia española
Este martes se enfrentaron dos modelos muy diferentes de comedia. Dos modelos que necesariamente tenían que chocar en algún momento. Por un lado, una forma de hacer comedia que intentó revivir pasiones y éxitos antiguos repitiendo fórmulas ya caducas. Al otro lado, un modelo que se ha fijado mucho más en el cine cañí y ha llevado a la pequeña pantalla el humor hacia el que tiene que migrar la ficción española.
El enfrentamiento ya se ha producido y ha habido un claro vencedor: la nueva comedia. Aunque hay que dejar claro que la cuota de pantalla no es la que marca quiénes son los ganadores y los vencidos en términos de calidad. Ya se sabe que las audiencias no son amigas de la televisión de autor.
Aquí Paz y después Gloria rescató viejas glorias de Telecinco como Los Serrano o Aída. Pero a medio gas y sin tener en cuenta lo que ha evolucionado la comedia española desde que se estrenasen estos dos grandes éxitos de la televisión.
Allí abajo, sin embargo, ha sabido fijarse muy bien en los taquillazos españoles de los últimos años de Daniel Sánchez Arévalo como La gran familia española o Primos. Sí, claramente la serie de Antena 3 bebe e incluso se atraganta con su parecido a Ocho apellidos vascos, una creación de la competencia. Juego sucio o no, fueron los primeros en levantar la mano.
El enfrentamiento de estos dos tipos de comedia era muy necesario en nuestros tiempos, cuando la ficción española está en el punto de mira internacional y cuando nuestra pequeña pantalla puede colocarse la corona de laurel y mirar al resto de países por encima del hombro.
Con series como Aquí Paz y después Gloria uno no puede sacar pecho. Series como Allí abajo, que no descubre Divina comedia en esto del contenido televisivo, marcan un buen inicio en el giro de timón que debe dar nuestro humor televisivo.