"Tuvimos que irnos para sobrevivir", dice una de las promos de Refugiados, la nueva serie de la productora Bambú (Gran Hotel, Bajo sospecha) que esta noche se estrena de forma simultánea en laSexta, Antena 3, Neox y Nova. Una frase que resume a la perfección la situación de dicha productora y por ende de la ficción española.
Los guionistas, los productores, los actores, llevan años pidiéndolo. Si queremos exportar nuestras ideas, nuestras ficciones, necesitamos adaptarnos a los cánones internacionales. Es decir, a los 50 minutos de metraje y, por supuesto, a temáticas universales.
Basta de utilizar esas manoseadas frases de "no parece española" o "parece de otro país"
Y eso es lo que sucede precisamente con Refugiados. Un thriller dramático de premisa futurista -3.000 millones de personas del futuro viajan al presente huyendo de un inminente desastre global- que trata temas universales como la superpoblación la inmigración, el racismo o, en definitiva, el miedo a lo desconocido.
Pero, no nos equivoquemos. Por mucho que la nueva serie de laSexta se haya adaptado a dichos cánones internacionales para tener más posibilidades de éxito fuera de nuestras fronteras, Refugiados es española. Sí, señores, ESPAÑOLA.
Ya lo dijo Juan Antonio Bayona cuando todos hablaban de la nacionalidad de Lo Imposible. "Es española", zanjó. Basta de utilizar esas manoseadas frases de "no parece española" o "parece de otro país". Acabemos con ello. Tenemos que aprender a decirlo bien alto: esta serie o esta película es española.
Sus padres Ramón Campos, Gema R. Neira, Adolfo Valor y Cristóbal Garrido son españoles. Sus excelentes directores David Pinillos (Goya a director novel) y Elías Alonso, o el equipo técnico, también. Y sus paisajes, brillantemente retratados por Jacobo Martínez, de la sierra madrileña.
El miedo a lo supuestamente conocido
Unos padres que, como muchos de nosotros, consumen mucha ficción internacional. Se dejan enamorar por otros productos sin importar su procedencia. De ahí las reminiscencias a la francesa Les revenants, la inglesa In the Flesh, o la norteamericana The 4400.
Refugiados bebe de Les Revenants, In the Flesh o The 4400
Y de ahí surge un cóctel muy interesante en el que, como ya hemos dicho, se logra mezclar inmigración, racismo o superpoblación con elementos de ciencia ficción sin necesidad de grandes efectos especiales. ¿Cómo actuaríamos si aparecen 3.000 millones de personas en el mundo? ¿Qué pasará con los recursos de la Tierra?
El miedo ante lo desconocido, pero también el miedo ante lo supuestamente conocido. ¿Realmente conocemos a los que conviven con nosotros día a día? ¿Podemos fiarnos de su palabra? ¿Qué secretos guardan?
Tras un primer episodio más sosegado, con una reposada presentación de personajes y tramas, el segundo episodio de Refugiados consigue conjugar esa tensión y ese misterio necesarios para dejar al espectador con ganas de más.