“¿Podría haber un programa de actualidad así en cualquier otra cadena que no fuera TVE?”, se preguntaba Ernesto Sáenz de Buruaga en una entrevista a Bluper la semana pasada días antes de estrenar Así de claro, su nuevo debate en TVE.

No. Así de claro. Una vez visto su primer programa es obvio que un debate así nunca hubiese visto la luz en una cadena privada. Por su falta de pluralidad, por su falta de ritmo, por su ranciedad, por ese antitelevisivo análisis de Luis del Val. La audiencia también lo apreció y le dio la espalda con un 6,5% y 976.000 espectadores.

63 años la edad media que sumaban sus tertulianos. La mayoría de ellos, por supuesto, favorables a posturas conservadoras. De un lado, Ángel Expósito (COPE), Bieito Rubido (ABC) y Francisco Vázquez, el exalcalde de La Coruña que se opone al aborto y el matrimonio gay. Al otro, Fernando Sánchez Dragó, Joaquín Leguina y la escritora Paula Arenas.

Seguro que Rajoy nos está viendo. Aprovecho para saludarle”, dijo en un momento Expósito durante el debate sobre los resultados de las elecciones municipales y autonómicas. La mejor fotografía del programa.

No obstante, Buruaga, consciente de las críticas, decidió conectar primero con los secretarios generales de Ciudadanos y Podemos, Albert Rivera y Pablo Iglesias. Insuficiente ante la falta de pluralidad entre sus tertulianos.

Lógicamente, en su repaso de portadas del día siguiente, el programa comenzó hablando de ABC -tenía a un director y exdirector en plató-. Le siguieron El Mundo, La Razón y cerraron con El País.

Y mejor no hablemos del polémico consejo sobre bullying que dió Sánchez Dragó -"Si acosas a mi hijo, te mato", o cómo Buruaga calló el plante de María Dolores de Cospedal, pero no el de Pedro Sánchez. 

Un falso contenedor

“El programa se plantea como un espacio “contenedor” en el que habrá entrevistas, debate, reportajes y humor”, explicaba TVE en su nota de prensa para justificar que el programa pertenezca al área de Entretenimiento y no de Informativos.

Esto se debe a que la Ley de la Corporación y el Mandato Marco prohíbe que RTVE se apoye en compañías externas para la producción de formatos de corte informativo, como así sucede en este caso.

Sin embargo, el programa fue en dos tercios de su duración un debate político. Desde las 22:30 hasta las 0:20, Así de claro analizó los resultados de las elecciones municipales y autonómicas y los posibles pitos al himno español en la final de la Copa del Rey entre el FC Barcelona y el Athletic de Bilbao.