La noche era cosa de dos parejas. Las canarias y los cuñados se enfrentaban por el premio final de Pekín Express. El programa tenía preparada una gran final que tiraba de hemeroteca. Y es que los concursantes tuvieron que revivir y recordar en todo momento las semanas anteriores de su participación para seguir adelante.
Los finalistas tuvieron que catar los cócteles del Long Bar y averiguar los ingredientes del Singapore Sling, una bebida originaria de ese mismo bar. Por cada prueba superada, la pareja que ganase obtendría una ventaja que podría usar al final de la gala. Finalmente, fueron los cuñados en tres ventajas frente a la única ventaja obtenida por las canarias.
Pero por el camino también tuvieron que enfrentarse a duras pruebas físicas y mentales para obtener amuletos. Cada colgante tenía un valor económico que sólo podrían canjear si ganaban el programa. Las canarias luchaban por 29.000 euros mientras los cuñados finalmente se llevaron un bote de 49.000 euros después de conseguir un amuleto de 20.000 euros.
Aunque las canarias ganaron la prueba más física de la gala, María del Amor pasó por serios problemas durante la lucha por el vestuario elegido para meterse al agua. Una escena que no pasó desapercibida en las redes sociales.
En otra de las pruebas tuvieron que demostrar su agilidad mental con los números. Y sin usar calculadora. Quedó demostrado que eso de las multiplicaciones y las divisiones no eran su punto más fuerte.