"Hoy ha venido a divertirse a El Hormiguero... la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría", dijo Pablo Motos al comenzar su programa. ¡Y vaya sí se divirtió!
Motos consiguió algo impensable hace unos meses: Sáenz de Santamaría se atrevió a ejecutar hasta en dos ocasiones la coreografía que todos los días realiza el equipo del programa de la canción de Bruno Mars Uptown Funk.
De hecho, como recordaba el periodista Pérez de Albéniz, el candidato del PP a la Generalitat de Catalunya, Xavier García Albiol, atacó hace unas semanas a su rival socialista, Miquel Iceta por sus bailes. "El espectáculo de Iceta bailando con la que está cayendo, sobra".
Curiosamente la primera dama de los Estados Unidos, Michelle Obama, ya bailó esta canción hace unos meses en el programa de televisión de Ellen DeGeneres en el marco de su campaña Let's move para luchar contra la obesidad infantil.
Fue el broche final a una entrevista que comenzó con un tono más político y que terminó con otro más distentido y jovial que permitió descubrir a la Soraya más cercana y familiar. Justo lo que perseguía Moncloa.
Todos contentos. El Hormiguero volvía a demostrar que es el único programa en televisión que puede conseguir una imagen así, mientras que el Gobierno mostraba una imagen menos distante y alejada de la opinión pública.
La corrupción, el plasma y Aznar
Motos empezó sin miramientos. "Viene usted cómo disculpándose", le espetó el presentador. Era sólo el principio. Después llegarían preguntas sobre la corrupción, el problema de Cataluña o el expresidente del Gobierno, José María Aznar.
"Está siendo más incisivo que algunas 'periodistas'", se podía leer en redes sociales en clara referencia a la entrevista del pasado jueves de Gloria Lomana al presidente del Gobierno.
"¿No te dan ganas de zarandear a Rajoy?", preguntó el showman. "Está bien ser templado en ocasiones. La serenidad es una garantía. No me gusta la gente nerviosa", contestó la política.
Y tras veinte minutos de preguntas políticas, Motos cambió de terció. La vicepresidenta había ido a divertirse.
¿Sobre o transferencias?
Después llegaron Trancas y Barrancas, que intentaron poner en un aprieto a la vicepresidenta. "¿Usted en las bodas es más de sobres o transferencias?", le preguntaron. "Yo soy más de quitar comisiones", contestó.
Pero no sería hasta el momento en el que el programa le mostró un grupo imaginario de whatsapp de los políticos españoles, cuando Sáenz de Santamaría se 'desmelenó' y soltó alguna que otra carcajada.
La imagen más amable de la vicepresidenta cuando Dani Rovira llegó a plató con un perro que había sido maltratado. Sáenz de Santamaría no dudó en cogerlo en brazos y hacerle carantoñas.