¡Hola Súper!
Venía a hablarte de Raquel. ¡Hay que ver lo peliculera que es mi paisana! ¿De verdad se piensa que alguien se está creyendo su relación con Suso? Canta a leguas que es una estrategia para quedarse en la casa este jueves o dar que hablar fuera.
Ya sabes: una relación carpetera. Por fin Suso consigue estar con la chica con la que siempre quiso estar. Raquel, la odiada, la estratega, la usurpadora de relaciones, la generadora de vídeos. Y Sofía la despechada que va por las habitaciones insultando a la cacereña.
"Te quiero mucho enana, si no, no habría dado la cara por ti", le decía anoche el catalán. Y ella, más lista que el hambre, simplemente asentía y se reía. “¡Quédate!! Mereces enamorarte de mí también”, seguía él.
¡Ay! ¡Cuánta tontería! Pero, Suso, hijo. ¿De verdad piensas que una pedazo de mujer de treinta años, lista y con estudios, va a fijarse en un veinteañero mujeriego, machista y sin estudios?
Animalito. Raquel aspira a más en la vida. Llámalo elitismo, sí. Pero ella es más de abogados, arquitectos. Tíos que le aporten, de los que aprendan. Él es un pasatiempo más, un medio para alcanzar un objetivo.
Aunque pobrecilla ella también. Manchar así su imagen. ¡Qué desesperada! No sabe que en toda telenovela, en toda serie, lo que más le gusta a la gente son los giros de guión. ¡Y qué mejor giro que Raquel se vaya a la calle para que Suso se quede devastado y en dos días vuelva a estar detrás de Sofía!
Esta noche le esperaba Mercedes Milá en plató. En unos días el Deluxe para explicar su no relación con Suso y en unas semanas un par de bolos. Uno de los dos objetivos conseguidos.