La obra de Henri Matisse Las mil y una noches se convirtió, por méritos propios, en un protagonista imprescindible de las primeras ediciones de Gran Hermano desde su lugar privilegiado en el confesionario. Descubrir de qué modo reclamaría su lugar en la casa era un clásico de las galas inaugurales. Apareció enmarcado, como estampado en una lámpara, tapizando el sillón o como una gran pintura mural, entre otros. Después, simplemente desapareció sin dejar rastro.
El cuadro de Matisse desapareció de la casa de 'Gran Hermano' sin dejar rastro
El reality show por excelencia perdía una de sus señas de identidad sin agradecer los servicios prestados. Fue la víctima visible de una nueva forma de hacer las cosas en la que la casa perdía el protagonismo que durante años había mantenido.
Todavía recuerdo la tercera edición, aquella que empezaba bajo el eslogan de "vuelta a los orígenes". La casa era una parte fundamental, al dejar atrás toda clase de lujos y recrear una casona rural en la que incluso había que conseguir el agua de forma manual.
La mentalidad de convertir la vivienda en el eje argumental de la edición se ha repetido en otras ocasiones. Para GH10, se recreó a la perfección la primera casa que tuvo el programa, a modo de homenaje a los diez años del concurso. Los participantes debían lograr el pase a la casa definitiva gracias a los votos de la audiencia, siendo el primer año en que el concurso contó con dos escenarios diferentes más allá de una parte anexa.
Un año más tarde se repitió la idea de las dos viviendas, aunque en esta ocasión se trataba de una casa espía desde la que los concursantes podían vigilar cada movimiento de sus compañeros. La importancia de la casa volvía a ser vital, por lo que Mercedes Milá se preocupó de mostrarnos las habitaciones de forma detallada.
No siempre se modificaba el espacio debido al giro argumental de la edición, en ocasiones el programa simplemente sorprendía a los habitantes el primer día. Gran Hermano 5 comenzaba sin muebles ni decoración, la casa no eran más que paredes desnudas esperando a que alguien las vistiese, y los elegidos para ello fueron los concursantes. O, por ejemplo, en la novena edición el hogar de los concursantes tomó casi más protagonismo que ellos mismos durante las primeras semanas, pues las habitaciones se movían, reduciendo o ampliando el espacio disponible para la convivencia a voluntad de la organización.
En la actual fase de 'Gran Hermano', la casa no es más que una excusa para tener a los concursantes encerrados
Parece que Gran Hermano ahora atraviesa otra fase, una en la que la casa no es más que una excusa para tener a los concursantes encerrados. Sabemos que en Gran Hermano 16 hay estancias secretas, pero ni las conocemos ni somos capaces todavía de hacernos una idea de la disposición de cada habitación.
El programa ha anunciado que había construido desde cero este nuevo hogar, pero no ha perdido ni un segundo en presentárnoslo como se merece más allá de imágenes concretas que siguen recordando a las de otros años. La cuestión es: ¿ha olvidado que al público le puede interesar conocer la casa más famosa de la televisión o todo llegará en su momento, cuando los secretos sean desvelados?