Adiós al concursante más polémico de la tercera edición de Top Chef. El jurado no se explicaba muy bien qué les había pasado a los dos concursantes que acabaron en la prueba de la última oportunidad, dos grandes favoritos para ganar el programa. Finalmente, Oriol el expulsado en este undécimo programa de Top Chef. El concursante que no se defendía en la repostería, elaboró un brazo de gitano demasiado dulce para Chicote y con un exceso de picor para Susi.
Oriol confiesa que hace postres diferentes, como dice él: “pastelería de cocinero”. Oriol se va con la lección de tener que aprender a escuchar y con algo muy claro: “Seguiré dando por saco todo lo que pueda, y más”.
Al final fue Alejandro el que mandó a Oriol a su casa. El concursante catalán se mostró con una faceta que nunca habíamos visto antes en el programa. Pudimos ver a un Oriol triste por tener que abandonar las cocinas y con muy mal perder.
La impotencia que sentía en ese momento por no poder quedarse, le llevó a tener una pequeña discusión con Chicote en la que se cuestionaba su aprendizaje a lo largo del programa.
“Yo soy un sinvergüenza, me he decepcionado por no escuchar”, confesaba el cocinero. Afirma que se va con el equipo que siempre le apoya, no como los cuatro compañeros que se quedan en la recta final de Top Chef.
Como una montaña rusa se sentía Oriol cuando volvió al almacén con sus compañeros. Reconoce sus errores y malas palabras que programa a programa ha dedicado a sus compañeros por su impulsividad. Oriol se ha quitado la coraza y ha pedido perdón a Mari Paz, Sergio y Alejandro, a los que les ha deseado suerte para próximos programas. Marcel fue el único que se llevó unas palabras especiales del expulsado, ya que le obligó a hacer un “bien” plato y ser el ganador de esta tercera temporada.