Hace ya más de dos años, El Intermedio inauguró una sección titulada ‘No somos tontos’ en la que se pretendía sacar los colores a todos aquellos que intentan justificar lo injustificable con explicaciones que parecen pensadas para tomar a la población por estúpida.

Algo así ha pasado esta semana con las explicaciones dadas por el Partido Popular a la ausencia del presidente Mariano Rajoy al debate a cuatro que ofrecerá Atresmedia el 7 de diciembre o el debate a tres de este lunes que organiza El País.

Rajoy era aquel que decía que los debates son su medio natural

En una campaña hay que alternar los formatos televisivos. Alternar entrevistas con desayunos informativos…”, decía unos días el vicesecretario de Comunicación del PP, Pablo Casado. Sí, aquel mismo que propugnaba que había que multiplicar la presencia de Rajoy en la televisión y en las redes.

“Yo he debatido mucho a lo largo de mi vida y continúo debatiendo. Lo que pasa es que no debato todos los días porque uno tiene que hacer muchas cosas. Yo tengo que seguir trabajando de presidente del Gobierno y otros no tienen ese problema”, confesaba por su parte el Ejecutivo el miércoles cuando sí sacó unos minutos para comentar partidos de fútbol en Tiempo de juego, en COPE. Todo muy coherente.

El miércoles estará con Bertín Osborne para canjear su premio de un masaje

Lógicamente, las críticas no se han hecho esperar. Pedro Sánchez y Susana Díaz le han acusado de tener miedo. Podemos de prepotencia. Albert Rivera le dio un zas en El Hormiguero. “Yo no me escondo”. Wyoming le ha llamado impresentable. Y la prensa ha criticado que se esconda tras el plasma hasta el final de su legislatura.

Sin embargo, Rajoy ha seguido a lo suyo. El lunes contraprogramará el debate de El País con una entrevista en Informativos Telecinco. El miércoles estará con Bertín Osborne para canjear su premio de un masaje y lavado de imagen en TVE. Y al siguiente fin de semana acudirá a ¡Qué tiempo tan feliz! para atraer el voto pensionista.

Boicoteemos a Rajoy. No veamos sus entrevistas en televisión. Hagamos que al día siguiente los medios de televisión hablemos del nulo interés por sus palabras. Démosle la espalda. Demostremos que somos los dueños del mando a distancia. No permitamos que un señor que lleva años despreciando a los españoles tras un plasma entre en nuestras casas. No le abran las puertas.

Que los medios hablemos del nulo interés en audiencia por sus palabras

Y, por supuesto, no demos nuestro apoyo al debate entre Rajoy y Sánchez que organiza la Academia de la Televisión el próximo 14 de diciembre. Resulta vergonzoso que una institución así se postre a los deseos de PP y PSOE simplemente porque su presidente, Manuel Campo Vidal, quiera volver a ponerse los galones.

Intolerable que permita que un debate se haga según las reglas de los partidos y no de los profesionales de la televisión. ¿Qué nos espera? ¿La antitelevisión otra vez? Bochornoso que esta Academia, que se supone de todos, ayude a menospreciar a tantos y tantos profesionales de TVE, Atresmedia y Mediaset.

Boicoteemos a Rajoy. Seamos nosotros los que ahora le demos una colleja televisiva. Que aprenda de una vez que a los espectadores no se les puede despreciar ni utilizar cómo y cuando quiere. Pongámos nuestros mandos en huelga.