En Telecinco no se habla de otra cosa. Por no hablarse, no se ha habla ni del debate decisivo que emitió Atresmedia el pasado lunes. El tema del momento en 'la cadena amiga' no es otro que la presunta estafa del ya exrepresentante de Belén Esteban, Toño Sanchís, a la princesa del pueblo.
Como millones de españoles, asisto expectante a este nuevo culebrón del reality por excelencia de la televisión, a su caso Bárcenas, a su caso Urdangarín. Hay Toño Sanchís -y creativos hashtags- para rato. Pero, en medio de tanta información y opinión, no puedo dejar de preguntarte si la colaboradora es tonta... o se lo hace. Les explico.
Hace unos días escuchaba un tanto estupefacto a la otrora pareja de Jesulín de Ubrique. "¿Tú sabías que tenía otro coche?", preguntaba a Kiko Matamoros como si fuera un delito para un representante de famosos tener un segundo coche.
Pero, después, como si no hubiera escuchado demasiado, Kiko Hernández se preguntaba cómo puede ser que el representante, que se lleva el 20% o 30%, tenga tanto dinero y una casa pagada y la representada tenga problemas financieros desde hace años.
¿En serio? ¿De verdad se lo preguntan o forma parte del show? Cualquier persona que trabaje en televisión conoce los cachés que se manejan. Y las cuentas son sencillas. Si Belén Esteban se ha estado desembolsando un millón de euros, mínimo, al año; y Sanchís se llevaba, mínimo, el 20%... echen cuentas.
A eso súmenle que el representante también se llevaba (o se ha llevado) el 20% de lo que ganaban personajes como Terelu Campos, Ylenia Padilla, Bibiana Fernández, Boris Izaguirre o un sinfín de celebrities low cost del universo Telecinco. Y no piensen sólo en programas de televisión, piensen también en bolos.
No entro a cuestionar si Sanchís ha estado presuntamente estafando a la colaboradora o no. Eso lo decidirán los jueces. Pero, con ese nivel de ganancias, ¿podía el representante o no comprarse una casa de 300 metros cuadrados?
"Cada mes, Toño me daba una cantidad de dinero insignificante con lo que yo ganaba", volvía a la carga Esteban. "¿Y por qué?", no deja de preguntarse uno. ¿Por gusto? ¿Por protección? Quizá la cuestión es si Belén Esteban se ha olvidado que aquello que le mantuvo alejada durante un tiempo de la televisión también contribuía a consumir sus cuentas.