Es, sin duda, una de las grandes bazas de la cuarta edición de Gran Hermano VIP. Francisco Nicolás tendrá pendientes a políticos, empresarios e incluso hasta el Centro Nacional de Inteligencia o la casa Real por lo que pueda llegar a decir dentro de la casa.
Pero, ¿por qué tras tantos meses alejados de la primera línea el joven vuelve a la televisión y en un formato de estas características? La principal razón es, evidentemente, ecónomica. Como ya publicara este jueves LOC, Nicolás se embolsará hasta 30.000 euros por semana en el concurso.
Imputado por malversación, revelación de secretos, cohecho impropio y tráfico de influencias, el joven tendrá que afrontar un costoso proceso judicial para el cual necesitará un importante colchón de dinero.
Además, el veinteañero pretende instalarse en Las Palmas de Gran Canaria a su salida del concurso. De hecho, allí ha pasado sus días previos antes de entrar en la casa de Guadalix de la Sierra.
La otra razón de su entrada tiene que ver con su imagen. Según ha podido saber este portal, Nicolás quiere mejorar la percepción que la opinión pública tiene de él y un formato como Gran Hermano VIP es perfecto para este objetivo.
En él, el joven difícilmente podrá interpretar un personaje ya que estará bajo la atenta mirada de las cámaras y, sobre todo, de los espectadores y expertos en el formato durante las 24 horas al día.
No obstante, ahí radica también el peligro de esta estrategia. Y es que, al igual que GH VIP puede mejorar su imagen, también puede verse más perjudicada como ya pasara el pasado año con Los Chunguitos tras sus comentarios homófobos y racistas.