Anoten este nombre: Pilar Cebrián. Es la nueva coach de Cuatro. Y es, sin ninguna duda, una de las grandes bazas de Mejor llama a Pilar (Plano a plano), el programa sobre terapia de parejas que la segunda cadena de Mediaset estrena esta noche.
El formato nace con el peso de ser el enésimo programa de coach, un género en el que la cadena es experta. Sin embargo, al contrario de lo que ocurría en Hermano Mayor o Supernanny, más enfocados a unos determinados públicos, aquí cualquier espectador se puede sentirse identificado ante un tema tan universal: los problemas de pareja.
Cebrián desprende persuasión, tranquilidad, sinceridad, seguridad
Por ejemplo, en el primer programa, los protagonistas Manoli y Salva tendrán que superar el desliz de él con su exnovia tras un embarazo no deseado y la posterior desconfianza de ella. Además, la mala situación económica de la pareja no ayuda.
Pero, además, el programa cuenta con una conductora que atrapa. Leonardo Baltanás, el director de producción de contenidos de Mediaset, explicaba en rueda de prensa que la aragonesa había sido elegida por ser una persona “muy contemporánea” que tiene una “forma especial de contarlo”.
“Hicimos un casting de unas treinta especialistas. Y Pilar tenía muchas cualidades. Comunicaba muy bien, tiene un CV estupendo, tiene buena imagen y se desenvuelve bien con las cámaras”, comenta a Bluper José Rey Cabarcos, responsable de entrenimiento de Plano a Plano.
Y así pudieron comprobarlo los periodistas allí acreditados tras hablar con ella y ver imágenes del programa. Cebrián desprende persuasión, tranquilidad, sinceridad, seguridad. Todo un acierto de cara atrapar al espectador.
Un casting complicado
En total serán seis programas con una duración de algo más de cincuenta minutos. “Es un tono de coach. No nos iremos al humor, pero habrá situaciones de pareja que te puedan hacer sonreir porque lo has vivido. Esas discusiones absurdas que desencadenan una tormenta”, explica la directora del programa, Ana Ansola.
Parejas, por supuesto, tanto gais como heteros. “Cuatro ha sido siempre muy moderna para eso. Desde el principio, en todos sus dating ha habido una pareja gay, no forzosamente sino porque recibes muchas parejas gay en el casting. Aquí hay una pareja que nos gustaba y por el contenido que podían proporcionar. Podía ser heteros o gais. Ya está normalizado que los gais estén casados y que quieran pelear por su matrimonio…”.
No obstante, no ha sido fácil encontrar parejas para que participen en el programa. “Es un programa nuevo y cuando haces un llamamiento en televisión, la gente no sabe de lo que va. Cuando vas por la segunda temporada ya es más fácil. Hay que explicar de cero cómo es el programa y escuchar su problemática para ver si cuadra. Ha habido parejas en la que uno de los dos no ha querido participar”.
Nada peyorativo
Además, también estaba la dificultad de ser la primera vez que se encontraban ante las cámaras. “Ellos no tienen obligación para estar aquí, más que el impulso personal a pelear por su pareja. Ese miedo siempre está, que abandone un programa y te deje a la mitad. Han tenido altibajos, pero han continuado. Las seis parejas qué elegimos, son las que están. Es verdad que hemos estado con gente que no ha convencido… Pero los elegidos son los que han salido adelante”.
¿Y problemas durante la grabación? "La única agresividad que puede haber es la verbal entre las parejas en una discusión, pero sin faltarse el respeto y no haya ningún viso de violencia o algo peyorativo", añade Rey Cabarcos.