Cuando Netflix decidió expandirse por toda Europa, se encontró con un serio problema: duante los últimos años había estado vendiendo los derechos de sus series más famosas a otras empresas y ahora se encontraba con un catálogo cojo para instalarse en nuevos territorios. Fue el caso de España. Netflix había vendido los derechos de series como Orange is the new black o House of Cards a Canal+ y sólo podría emitir temporadas antiguas en su desembarco.
Un año antes de llegar a España, Netflix dejó de vender series al resto de plataformas. Así es como llegaron series como Daredevil, Sense8 o Jessica Jones a España. Ningún otro operador tenía los derechos de estas ficciones y si querías ver la serie tenías que tener Netflix.
Un caso parecido es el que viven en Francia. Allí, Canal+ tenía los derechos de House of Cards y Netflix sólo podía emitir las temporadas anteriores. Hasta ahora. Netflix ha conseguido comprarle los derechos de su propia ficción a Canal+ y desde el pasado fin de semana todo el que quiera ver la serie tendrá que tener Netflix.
La plataforma ha aprovechado el estreno de la cuarta temporada de la serie protagonizada por Kevin Spacey para dar a conocer que su catálogo sigue en aumento. Una estrategia que bien podría repetirse en España. De hecho, la pasada semana la cuenta oficial de Twitter de la serie en EEUU dejaba un mensaje en español en que padía "paciencia". "En España los pactos no se resuelven tan rápido", comentaba esta misma cuenta.
Netflix sigue ampliando en España su catálogo de series originales que se estrenan al mismo tiempo que en EEUU y que han supuesto una revolución en la forma de consumir ficción. Es el caso de series como Madres forzosas, el renacer de la mítica Padres forzosos, o de Love, una nueva serie de la factoría.