No hubo casi ni tiempo para reaccionar. Hace dos semanas no se sabía lo que pasaría con Castle y la pasada semana ABC anunció que cancelaban la serie y no habría novena temporada. Una de las series de más éxito en EEUU dijo adiós para siempre este lunes, cuando se emitió el capítulo 22 de la octava temporada. 

Como ya anunciaron desde la cadena, la ficción había rodado dos finales. Dependiendo de la decisión que tomase la cadena se emitiría uno u otro final que pondrían un punto diferente a la ficción. Lo que era seguro es que Beckett no volvería la próxima temporada, por lo que Castle hubiese tenido que lidiar con todo el peso de la trama él solo.

[SPOILERS DEL ÚLTIMO CAPÍTULO]

En el capítulo de este lunes, Beckett y Castle tienen que sobrevivir desde el primer momento. Los protagonistas están tras la pista de Loksat desesperadamente. Entre disparos, amenazas y persecuciones, Castle termina siendo secuestrado por Loksat. 

Se viven momentos de mucha tensión en los que la vida del protagonista corre serio peligro. A Rick le administran el suero de la verdad para sacarle información y, justo antes de desmayarse, Loksat desvela su identidad. Se trata de Mason. 

En ese momento, Mason amenaza a toda la familia de Rick. Parece que todo terminaría en tragedia. Beckett entra en escena y se produce una gran pelea. En el último momento, Castle logra escaparse y salvar a Beckett de terminar en el incinerador. 

La escena se traslada a la casa de la pareja protagonista una vez el caso resuelto. Castle comienza a tener dudas sobre lo que ha ocurrido en esos momento y, sin mediar palabra, Caleb aparece en escena y se revela como el verdadero Loksat. El malo le asesta un disparo a Castle, que cae al suelo. Beckett sale de la habitación y consigue matar a Caleb, pero también recibe un disparo. 

Con los dos protagonistas en el suelo, la imagen se va a negro. De haber sido renovada la serie, la temporada hubiese terminado así. Posiblemente, Beckett no hubiese salido muy bien parada. Sin embargo, al ser cancelada, ABC prefirió un final feliz. 

La ficción da un salto de siete años en el tiempo. Beckett y Castle viven juntos, son felices y tienen tres hijos en común. Con este final, Castle se despidió para siempre de los espectadores sin tener que lamentar una tragedia entre los protagonistas.