Pueden darse por empachados y satisfechos porque Vis a vis ya ha echado abajo su último telón. Este miércoles, la serie de Antena 3 se ha despedido para SIEMPRE de los espectadores. Y hay que remarcar ese siempre porque hace apenas una semana se conocía la decisión de la cadena de dar por zanjado el paseo de la serie carcelaria por la pequeña pantalla española.
Vis a vis siempre fue una batalla entre dos mujeres. Por el camino nos enseñaron muchas historias de amor, de desamor, de sexo y de violencia. Pero la serie siempre fue una gran guerra entre Macarena, la recién llegada, y Zulema, el amo del calabozo. Y la serie ha terminado como empezó, levantando la mano del vencedor y dejando en el suelo al vencido.
Después de tantas luchas, parecía que Zulema ganaba en el marcador. Sobre el terreno de juego, una Macarena que se había entrenado de forma tenaz pero que no lograba marcar el gol que le daba la victoria en este duro partido. Parecía que la morena había vencido a sus compañeras y a la Policía y tenía todo preparado para salir de la cárcel a cambio de la vida de la niña a la que tenía secuestrada en una cuadra.
Pero a Macarena le faltaba asestar su golpe final. Un duro entrenamiento que daba nombre al título del capítulo, Líquido, haciendo referencia a la forma en la que los líquidos tienden a adaptar la forma del envase que los contiene. La joven se aliaba con el comisario Castillo, ya desesperado por encontrar una solución cuyo resultado no sea la salida de Zulema de la cárcel. A cambio, obtendría la libertad tan deseada.
La gran batalla
Macarena termina demostrado todo lo aprendido en la cárcel durante los últimos meses. Y es que este siempre fue el verdadero vis a vis de la seire. En la sala de planchado, donde ella misma fue rodeada tiempo atrás, secuestró a Zulema con la ayuda de la joven Bambi. Allí, Macarena demostró todo su cambio y evolución, amenazando a su enemiga con una muerte lenta y dolorosa con una jeringuilla y una inyección de aire como único arma.
Y así es como Zulema cantó. Lo que no había conseguido nadie, Macarena lo había conseguido. "Te voy a matar", advertía Zulema a su compañera y enemiga. La rubia huía de la escena del crimen dejando a Zulema entre la vida y la muerte, a punto de tener un infarto. Mientras a la morena la tenían que reanimar, Macarena salía de la cárcel con el comisario Castillo en un helicóptero en busca de la niña secuestrada.
"Sólo muere quien es olvidado, yo creo que a mí me van a recordad. Como a Billy el niño", Zulema
Y fue allí donde Macarena descubrió su verdadero yo. En aquel cobertizo donde la niña estaba moribunda, Macarena sacó de nuevo su lado más humano. La niña vivía y ella se daba cuenta que de todavía en su interior había algo de bondad. Pero su plan sigue en marcha y Castillo deja que huya. Para siempre y para no volver.
En medio de la carrera, en medio del bosque, se encontrará con el caballo perdido de la niña secuestrada. Libre, le hacía pensar a Macarena si de verdad quiere pasarse el resto de su vida huyendo y sin nadie a su alrededor.
"¿Correr a dónde? ¿Para qué? Sin tener a nadie a quien abrazar. Sumando años de condena a lomos del rencor cuando realmente sólo hay una cosa que aprender: que el próximo nombre de la lápida puede ser el tuyo", Macarena
Con esta frase que demuestra el camino aprendido de Macarena, la presa regresa ante los brazos de Castillo y se niega a pasar una vida de mentiras para regresar a la cárcel y seguir viviendo la difícil travesía que le ha tocado vivir.
Los flecos sin coser
La boda de Sole conduce casi todo este último capítulo de la serie. La mayor de la cárcel dará el sí quiero con un amor platónico a pesar de que su salud y la familia del novio quieren impedir el enlace. Pero nadie se imaginaba que el mayor enemigo esperaba su gran ataque bajo la sombra de un árbol.
Anabel, celosa y envidiosa por haber perdido el reinado de la cárcel, logra reunir el dinero suficiente como para volver a ser la dueña de Cruz del Sur. "Es mejor vivir 10 años como una reina que uno como una pobrecita", decía ante las cámaras. Fue a por la más débil de todas, a por la novia, contratando a un matón para que terminase con la vida del recién estrenado marido. Y así es como Anabel recuperaría el liderazgo de la prisión.
Al otro lado de la prisión, Saray descubre que está embarazada. "De 20 días", dice el doctor Sandoval. "No puede ser. La primera vez que estuve con mi marido fue hace 15 días", asegura la presa. Los sudores fríos recorren el cuerpo del médico, recordando que fue él el que violó a la joven y que él es el padre de la criatura. "El que dice 20 puede decir 15", comenta, convenciendo a Saray.
La joven gitana no quiere aceptar el hecho de estar embarazada y le comenta al médico su intención de abortar. Sin embargo, la cara con la que es recibida por su madre y el orgullo, antes buscado, que ahora siente su familia, hace que Saray se piense su maternidad.
Por último, Rizos recibe una noticia esperada desde hace meses. "Te han concedido el tercer grado", le cuenta Valbuena, intentando ganarse el cariño de la joven después de que la violara. "Si estás vivo o estás muerto, me da igual", le decía Rizos al agente, cortando toda relación.
La historia de estas presas secundarias dan un giro radical de cara a una hipotética tercera temporada. Si bien la historia de Macarena puede llegar a estar algo más concluida, son sus compañeras de Cruz del Sur las que se encuentran con un destino algo más confuso e inacabado.