Ni un simple gracias. Ni una palabra de agradecimiento. Después de haber sido el alma de Gran Hermano, el programa de mayor éxito de Mediaset España, durante los últimos quince años, Telecinco despedía este miércoles a Mercedes Milá por la puerta de atrás.
De nada ha servido su entrega máxima al concurso hasta el punto de haber arriesgado su imagen. De nada han servido los cientos de momentos divertidos que ha brindado a la audiencia. De nada ha servido su defensa a ultranza del reality como el día en el que al recibir el premio Ondas dijo públicamente que se lo daban a ella por vergüenza a dárselo al programa.
Todo ha caído en saco roto. En vez de eso, Mediaset España ha mostrado una vez más su falta de elegancia y agradecimiento cuando uno de sus rostros se marchaba. La cadena se olvidaba del protocolo que dice que no es muy elegante hablar de dinero, para deslizar que Milá no estaría en Gran Hermano 17 por cuestiones económicas.
Telecinco deslizaba con buenas palabras que Milá es una pesetera.
“La negativa de cadena y productora a aumentar los costes del exitoso programa han supuesto la imposibilidad de firmar un nuevo contrato con Mercedes Milá, que ya había expresado, en anteriores ocasiones, su deseo de cerrar una etapa profesional que le ha reportado muchas satisfacciones e involucrarse en nuevos proyectos”. Blanco y en botella. Con buenas palabras, sí. Pero Milá es una pesetera.
No era nada nuevo. Ya pasó con Risto Mejide, con Pablo Motos, o Pedro García Aguado. “Es evidente que nuestra cadena no está para hacer ofertas desorbitadas”, dijo en el caso de Aguado. “Motos pedía una cantidad indecente de dinero”, informó en el caso del presentador de El Hormiguero.
“Harto de que Mediaset quiera hacer creer que yo pedí un aumento. Pedí que cumpliesen lo prometido. Y después de 26 pilotos, dije basta”, escribió Mejide después de que la cadena afirmara en un comunicado que el publicista había pedido un aumento de sus honorarios.
Ahora se entiende que la presentadora explotara cómo explotó el pasado fin de semana en Qué tiempo tan feliz. La catalana siempre ha hablado sin pelos en la lengua, pero su ataque era demasiado virulento. "Mila Ximénez es la ganadora de Sálvame, es la ganadora de la cadena. Ya sabemos que va a ganar. Es un aburrimiento", decía.“No puedes decirlo porque si no la gente no votaría", decía Campos. "Yo lo puedo decir porque ahora no estoy presentando el programa. Y digo lo que me da la gana", se sinceraba.
Sí tuvieron palabras de agradecimiento Jorge Javier Vázquez y desde la cuenta oficial de Gran Hermano. “Ha sido un placer haber trabajado contigo. ¡Muchas gracias por todos los momentos que nos has dado!”, dijeron desde Twitter. “GH eres tú y espero que en la edición número 17 seguir un poco tu estela y que la audiencia siga apoyándonos”, dijo el presentador.
Durante los últimos años, Milá ha sido un toro desbocado. En plató, en las ruedas de prensa, con los periodistas. Todos hemos sufrido alguna vez sus salidas de tono e incluso en ocasiones su mala educación. Pero al César lo que es del César. Gran Hermano no será lo mismo sin ella. Y ella no será la misma sin GH. Gracias.