Hoy quiero confesar que estoy enamorado. Paquita Salas ha llenado un corazón solo y huérfano. Hacía tiempo que un personaje no llenaba tanto en tan poco tiempo. Creada por Javier Calvo y Javier Ambrossi (los maestros de La llamada), la serie llega este miércoles a Flooxer -el YouTube de Atresmedia- con la clara intención de demostrar que la ficción ya no sólo se hace en televisión.
Paquita Salas es sencilla en forma y compleja en resultado. Podría haber quedado un producto tosco y carente de sentido. Una producción para enseñar a tus amigos y familiares y que te escriban mensajes de enhorabuena en tu muro de Facebook. Podría haber sido una consecución de chistes fáciles que después de 15 minutos resultasen cargantes. Y, sin embargo, Paquita Salas es la ficción viral que pone sobre la mesa los nuevos lenguajes a los que la televisión no ha sabido acostumbrarse.
Brays Efe, el joven que da vida a Paquita, es de esos actores que te hacen soltar una carcajada antes de empezar a hablar. Su mirada conquista a la cámara y sabe mantener en alto cada minuto de esta primera entrega de la ficción. Un papel arriesgado hecho a su medida para un actor que está pidiendo a gritos ser conocido para demostrar su talento al mundo.
Paquita Salas es una delicia para el sector audiovisual. Y quizá ese sea su mayor peligro. Si bien habrá gente que no sepa de quién se está hablando en ciertos momentos, la industria del cine y de la televisión sabrá muy bien qué quiere decir Paquita con su acidez. Y se lo pasarán en grande. Es el backstage del photocall. El making of de las estrellas. Lo que no vemos de una alfombra roja. Pero si no te interesa este mundo, Paquita no es para ti.
Tiene mucho de ¿Qué fue de Jorge Sanz? o de 30 Rock, mezclando ironía con realidad y ficción con personajes reales. Pero lo que Trueba supo vender como un drama, Paquita Salas ha sabido encontrar el humor y el positivismo sin perder el hilo de la historia.
No es tan sencillo como parece presentar bien a los personajes de una serie. Muchos galardonados en la industria lo han intentado y han fallado en el intento. Paquita Salas demuestra que sus creadores han mamado televisión desde muy pequeños y saben qué les gusta ver y qué no les gusta ver. Por eso crean desde el primer momento una atmósfera sublime que mete a cualquiera dentro y no le suelta las manos hasta que salen los títulos de crédito.
Pero no sólo de guión y actuaciones va esto. Paquita se fija en los detalles. Movimientos de cámara a los que no estamos tan acostumbrados en televisión. Planos cerrados o muy abiertos que ponen el foco en lo que ellos desean, ya sea en una mirada o en un escenario completo. Una cámara lenta para un pico melancólico o la primera nota de una canción para un momento dramático. La importancia del detalle.
Por eso Paquita Salas se merece la gran oportunidad. Y es que un grupo de comunicación como Atresmedia no debe perder este tren que no pasa tantas veces por delante de tu puerta. Este es el tipo de ficción que se merece una cadena como laSexta, una cadena que se vende a sí misma como políticamente incorrecta y moderna en forma y contenido. Paquita Salas se merece que el mundo entero la conozca. Y es que Paquita Salas me ha enamorado.