Aramís Fuster fue durante muchos años un personaje televisivo que no podía faltar en cualquier tertulia que se pudiese permitir su caché. La bruja daba espectáculo y otorgaba grandes cuotas de pantalla. Cuando esto se terminó comenzaron los montajes y las mentiras para mantenerse en el candelero. Una segunda etapa que quedó admitida este viernes en Sálvame Deluxe.

La vidente se volvía a sentar este viernes en el programa de Telecinco, el último presentado por María Patiño esta temporada. Fuster sólo tendría que responder a 25 preguntas de polígrafo que serán resueltas la próxima semana por Conchita. El tour por Telecinco de Aramís es imparable. 

Algunos de los colaboradores prefirieron marcharse del plató al ver que la bruja había engañado a todos con sus supuestos problemas de salud. Los que se quedaron intentaron desenmascarar una historia de mentiras y constantes montajes en el mundo de la prensa.

Patiño fue haciendo las preguntas una por una y Aramís Fuster iba con un claro objetivo al programa de Telecinco: desvelar que lleva engañando toda su vida y tener una actitud de pasotismo ante los espectadores para desquiciar a los colaboradores y demostrar que había ha ganado mucho dinero a su costa. 

Aramís aseguró que ella no era "ni bruja ni vidente" y que lo único que tenía era "un equipo que cogía el teléfono". Preguntada por los colaboradores que allí quedaban, la bruja admitió que vendía fotografías eróticas suyas por grandes cantidades de dinero y que en estos últimos dos años sólo se ha dedicado a cuidar de la salud de su padre. 

El resto eran todo mentiras. Después de este discurso, Aramís pidió perdón a los espectadores. "Perdón a los que me han creído y a los que no. A los que me odian y a los que me quieren". Unas palabras que llegaron a desquiciar a más de uno, como a Chelo García Cortés. Ambas se encararon en una discusión sin precedentes que terminó con la salida de la periodista del plató después de que la bruja amenazase con abandonar la entrevista porque eso no era lo que habían pactado. 

"Eres una sinvergüenza y una estafadora", le dijo García Cortés antes de despedirse de los espectadores. Aramís Fuster, a pesar d estos ataques, seguía con una sonrisa de oreja a oreja. Una imagen que contrastaba mucho con la de la semana pasada. Ahora, de nuevo con peluca, maquillada y enfundada en un traje de plástico, Aramís volvía a ser la misma de siempre: la polémica en estado puro.