Por mucho que parezca surrealista, un peluquín es el gran protagonista de una edición de Gran Hermano. Miguel entró a la casa de Guadalix con un gran secreto: su pelo no es real. Y sólo un compañero, Bea, sabe lo que oculta. Los demás, sin embargo, comienzan a sospechar.

La peluca de Miguel sólo puede durar una semana antes de que tenga que cambiársela. Este jueves se cumple esta primera semana y él todavía no sabe lo que hará. Mientras tanto, el resto de sus compañeros comienzan a hacer preguntas incómodas que él ya no sabe cómo contestar.

Este miércoles, mientras mantenían una conversación tirados en el suelo, Candelas comenzó a preguntarle a Miguel por su pelo. "¿Pero es de verdad?", le decía. Él ha sabido proteger muy bien sus espaldas diciendo que se tiene que echar unas cremas para que no se le caiga. 

Ya en el confesionario, Miguel se ha abierto al público. "Yo estoy contando mi verdad. Al menos, una verdad que no tiene nada que ver con el físico", se defiende. Él aclara que en ningún momento está mintiendo a sus compañeros ya que está siendo como es él. 

Mira este momento en la web de Telecinco.