*Galero: Dícese de aquella persona que sigue Gran Hermano a través de sus galas y que no consume el 24 horas.
Gran Hermano ha dividido España. Bueno, digamos que ha dividido a los 2,5 millones de fieles del formato y que, pase lo que pase, seguirán delante del televisor. A un lado están los que piensan que esta edición es la más aburrida de todos los tiempos. Al otros, los que opinan que este año se ha conseguido uno de los casntings más interesantes de las últimas ediciones. Un debate nacional.
El programa de Telecinco puede consumirse de dos formas muy distintas. Están aquellos que sólo ven las galas que Telecinco emite martes, jueves y domingo y que, por lo tanto, se basa en lo que la cadena le mete por los ojos. Están los que, adictos a la telerrealidad, consumen el 24 horas que Telecinco les ofrece a través de internet y ven la vida en directo. Dependiendo del tipo de consumidor que seas, verás un Gran Hermano muy diferente.
Las galas se han convertido en un verdadero sopor. Gran Hermano acostumbró al espectador en su edición 16 al juego. Los concursantes eran engañados y, a la vez, intentaban engañar a sus compañeros. Este entretenimiento jugó una maravillosa buena pasada a los espectadores que seguían el programa a través de las galas de Telecinco.
Este año, sin embargo, Telecinco no ha querido jugar demasiado con el espectador en sus galas. La cadena y el reality han regresado a la esencia del formato: la convivencia. Es por eso que en su primera gala contrajo algunas licencias que quedaron eliminadas al final de la misma. Una vez solucionado el dilema, dentro de la casa sólo quedaron 17 desconocidos que debían convivir.
Y es en este juego de convivencia donde los espectadores del 24 horas están disfrutando como enanos. El cásting es básico para este tipo de consumidores. Los concursantes están comenzando a jugar y a pelear desde los primeros días, otorgando al consumidor conversaciones y planes que apenas tienen repercusión en las galas, pero que sí llaman la atención en el directo. Los concursantes están generando mucho contenido que, a pesar de su atractivo, no tienen hueco en las galas.
Es por eso que el estreno del pasado jueves, el debate o el resumen del martes no han tenido demasiado éxito de audiencia. GH 17 se estrenó con 2,5 millones de espectadores. El debate del pasado domingo apenas tuvo 1,5 millones de espectadores y el Límite 24 horas del martes bajó a los 1,4 millones.
¿Está Gran Hermano en crisis o es que su consumidor ha cambiado? Twitter y las redes sociales han dado fuerza y alas al consumidor del directo, al que no le gusta que le cuenten las cosas dos días después de que haya sucedido. Por eso las galas, en las que el 90% del material ya ha sido visto por muchos, se convierten en aburridas para muchos.