Unanimidad respecto al debate americano celebrado este lunes en EEUU y que enfrentaba por primera vez a Hillary Clinton y Donald Trump. La prensa y la crítica ha alabado este programa de televisión que sólo sirve como telón de fondo de una de las elecciones americanas más importantes y mediáticas de los últimos años. Un debate que ha enseñado mucho a la televisión, a cómo cubrir una cita de este calibre y a cómo hacer entretenido un evento que se ha visto a nivel mundial.
La televisión americana sabe como nadie lo que el entretenimiento audiovisual. Sabían que este debate daría la vuelta al mundo y por eso no pueden dejar que las imágenes se queden anticuadas y muestren un carácter rancio y poco evolucionado de su televisión. Por eso ha intentado dar una lección sin caer en el exceso de decoración ni perder su razón de ser, recordando que esto es un debate político y hay que seguir unas normas.
Los ataques personales
El debate americano es mucho más personalista que el español. Mientras en los debates españoles se habla de partidos y de decisiones conjuntas, el debate entre Clinton y Trump se basó mucho más en las decisiones que habían tomado estos líderes de forma individual.
Se trata de una confrontación de ideas y pareceres mucho más agresiva de lo que se puede ver en España. Por mucha tensión que haya existido en nuestro país, nunca se han visto ataques de semejante calibre. Según los medios, Trump llegó incluso a propone que una ex amante de Clinton se sentase en la primera fila del público para descolocar a su adversaria. Aunque finalmente no ocrurrió, es un ejemplo de las licencias que se toma este enfrentamiento.
La importancia de la luz y los colores
El azul y el rojo, los colores de la bandera americana, estaban muy presentes en la escenografía del debate americano. Aunque sobrio a la vista de los espectadores, el plató estaba lleno de color que hacía mucho más ameno su seguimiento. Diferenciándose de los debates españoles, el americano utiliza mucha menos luz, enfocando toda la atención en los candidatos y oscurenciendo el resto del escenario. Esto hace que la escena sea mucho más íntima y el espectador conecte mucho mejor con el mensaje al emitirse por la noche.
Un fact check en directo
Algo que no es nuevo en España. Los medios americanos trabajaron en directo para ir ofreciendo a los espectadores un análisis de las declaraciones de los candidatos. De esta forma, se sabría de forma inmediata si alguno de los dos está mintiendo o diciendo la verdad. Algo parecido a lo que hizo El objetivo con el cara a cara entre Pedro Sánchez y Mariano Rajoy el pasado mes de diciembre.
Este continuo análisis de los datos de los candidatos permitía al presentador del formato rebatir al instante la información que se estaba dando en directo delante de sus narices. Trump salió perdiendo en este apartado donde ganó por goleada con el número de mentiras que intentó colarle a los espectadores. Un resultado que se fue viendo en directo sin necesidad de esperar a un análisis posterior.
El aprendizaje de los políticos
El talante con el que Trump y Clinton pisaron el escenario dejaba en entredicho desde el primer momento a los políticos españoles. Los americanos están mucho más aprendidos y saben desenvolverse mucho mejor en este tipo de guerrillas televisivas. La ironía y los chistes tienen hueco en los discursos que llevan preparados y ensayados desde la primera hasta la última palabra.
En España se juega mucho más al speech y al discurso preparado desde la primera hasta la última palabra. Los políticos españoles intentan vender su programa, lo que llevan preparado desde casa, sin apenas luchar dialécticamente con sus adversarios.
Referencia a los medios
Hasta en dos ocasiones hizo referencia Hillary Clinton a que los medios de comunicación estaban haciendo pruebas de veracidad en directo. La candidata llamó su atención para que escuchasen bien las palabras de Trump y comprobasen su veracidad.
La política americana sabe en el terreno que se mueve, en el de la viralidad y en internet. Los discursos son tajantes y las respuestas están siempre pensadas para que recorran la red de forma inmediata. Discursos cortos y contraataques que tendrán su lugar en la portada de los medios en pocos segundos. Los políticos jugando con los medios, algo a lo que están poco acostumbrados en la política española.
El atril vs. la mesa
Como viene siendo habitual, la política americana eligió el atril para presentar a sus candidatos. Los debates españoles de cara a cara han preferido enfrentar a los candidatos en una mesa. Los atriles sólo han sido utilizados por los españoles cuando había más de un candidato sobre el escenario.
El saludo inicial
Aunque sí que habido alguna ocasión para ver el saludo inicial en España, el último encuentro entre Pedro Sánchez y Mariano Rajoy puso a los candidatos directamente en la mesa, sin permitir ver sus primeros pasos. Para la política americana, este momento es algo esencial. Quién avanza más, quién levanta antes la mano o cómo se miran a la cara son datos fundamentales que la televisión española ha preferido perdérselo.
Un público que reacciona
En España se han utilizado varias estrategias a lo largo de los últimos debates. Dependiendo del organizador se ha dado el visto bueno a la presencia del público o no. Rajoy y Sánchez, el último cara a cara que ofreció la televisión, no tuvo público entre sus filas. Una decisión muy diferente a la tomada por la televisión americana, que llena todo un teatro de un grupo amplio de personas que reaccionan sin censura a los discursos de lo candidatos.