Hay que partir de que Tu cara me suena tiene un camino ya labrado por delante: existe poca (por no decir ninguna) televisión de su género en emisión. Pero no eso no significa que lo que hace sea fácil. Conseguir un programa de su altura es muy complicado. Y mantener ese espíritu durante cinco temporadas, todavía más.
Este viernes arrancaba una nueva edición del formato de Gestmusic. Un programa de televisión que hace que se te iluminen los ojos. Y es que Tu cara me suena nos pone nostálgicos. Nos recuerda a esa televisión que nos reunía alrededor de la pantalla para apostar por el ganador, para tener a tus favoritos. Una televisión noventera que tanto gusta recuperar ahora, pero que pocos han logrado imitar bien.
Juan Muñoz y Beatriz Luengo se han descubierto como las dos grandes sorpresas
Con el chupinazo en el aire, la primera gala de Tu cara me suena ya ha dejado algunas pistas de lo que veremos esta temporada. Desde el primer momento observamos que la nostalgia jugará un papel muy importante este año. Si su cuarta edición estuvo impregnada por el humor de Silvia Abril, este año nos encontramos ante una temporada mucho más emotiva, más llorona y que no busca tanto el show entre actuación y actuación. Tal vez encontrar a una heredera de Abril era tan complicado que este giro de guión era más acertado.
Los patrones de cada concursante han quedado muy marcados desde el principio. Si bien hay grandes sorpresas, como la de Juan Muñoz y la de Beatriz Luengo, nos encontramos ante otros que pasarán más desapercibidos como Canco Rodríguez y David Guapo.
En otro nivel están Rosa López, Lorena Gómez o Blas Cantó, que protagonizarán los vídeos más virales de la edición. La guinda la pone una desastrosa Yolanda Ramos muy rápida de reflejos que dará ritmo al programa y que pide a gritos salir de las primeras cada semana para enredar por el plató.
Chenoa, un animal televisivo
En el jurado también había novedades: Chenoa se estrenaba en una silla que últimamente ha cambiado mucho de dueño. Y a la cantante le ha tocado diferenciarse. Poco se dudaba de ella y ya se sabía que su carácter, para bien o para mal, iba a destacar desde el primer momento.
Chenoa no se calla y eso hace que desde el primer momento la cantante parece que ha nacido para este puesto. Heredera natural y con talante televisivo, la triunfita ha tenido que esperar demasiados años para que se la entienda. Con ella, más nostalgia. Y es que nadie mira a Rosa como ella.
Por muy repetitivo que suene, TCMS es el mayor show de la televisión española
La quinta edición de Tu cara me suena llega sin muchas novedades. Si funciona, no lo toques mucho. Suficiente novedad es enfrentarse cada año a un casting del que parece que nunca nos enamoraremos como de los anteriores y ante el que siempre acabamos rendidos. Nadie podría sustituir a Santiago Segura. Nadie podría sustituir a Arturo Valls. Nadie podría sustituir a Silvia Abril. Y siempre sobrevivimos.
Unas primeras actuaciones bastante cómodas en algunos de los casos y que sirve para que los concursantes rompan el hielo y le pierdan el miedo al plató, a la luz, al jurado y a los espectadores. Imitaciones previsibles para algunos participantes que sirven como punto de partida.
Con el paso de los años, el programa ha sabido aligerar su contenido y no alargar demasiado las escenas, aprendiendo de aquellos momentos que desmoronaban hasta al más animado. Ya lo limó el pasado año con unas votaciones más rápidas.
Por muy repetitivo que suene, Tu cara me suena es el mayor show de la televisión española. Es emoción y es el resultado de un excelente trabajo que trata al espectador como a alguien inteligente, cuidando el fondo y la forma, la presentación y el contenido. Porque un buen plato también hay que comérselo por los ojos. Y Tu cara me suena alimenta sólo con mirarlo.
Rememora todas las actuciones de la primera gala de TCMS Todas las fotos de la primera gala de TCMS |