La noche electoral en EEUU era caótica. Desde Nueva York, la periodista Ana Pastor era una de las encargadas de mantener al tanto a los espectadores de laSexta de la última hora desde las calles estadounidenses. Ella cobría la sede de Trump, el nuevo presidente de los EEUU. Pero una de sus conexiones con el plató de Al rojo vivo no fue demasiado bien.
De pronto, en medio del directo, un joven vestido de cowboy semidesnudo con nada más que unos calzoncillos para taparse la entrepierna aparecía en escena. Pastor, al principio, se lo tomó a risa. Después empezó a insistir para que dejase de molestar, pero el joven no tenía ninguna intención de hacerlo. "No sabemos si entiende español, nos ha dicho que sí", decía la periodista.
Al otro lado, Ferreras empezaba a estar incómodo con la situación. Finalmente, Pastor se rendía y decidió dejar al joven expresarse para ver si así seguía su camino. El cowboy cogió su guitarra y se puso a cantar aquello de Bésame mucho. Parece que sabía algo de español.
Pastor intentó continuar con la conexión cuando el hombre volvía a escena. La periodista y reportera desde EEUU tuvo que dejar esta conexión tan incómoda y dio paso a Madrid. "Son las cosas del directo". Como se pudo ver, a Ferreras no le sentó muy bien que no le dejasen dar la noticia tranquilamente.
La cara de Ferreras es un poema
Pastor siguió con sus conexiones en directo en el especial de Al rojo vivo. Trump estaba muy cerca de convertirse en presidente cuando la periodista conectaba de nuevo con el programa para ver la reacción de muchos de los votantes. De pronto, un latino se cruzaba en su camino e intentaba llamar la atención de la periodista.
Lo que muchos han descrito como coqueteo, a Ferreras tampoco le sentó nada bien. "Yo vengo a trabajar", decía Pastor entre risas. La cara de Antonio García Ferreras en ese momento era un poema que muchos no han pasado por alto.