Después de que Bertín Osborne decidiera abandonar TVE por Telecinco el pasado marzo, varios nombres empezaron a surgir como posibles sustitutos del jerezano al frente de En la tuya o en la mía. Entre estos destacaron dos: Juan y Medio y Mariló Montero. Sin embargo, nunca se llegó a tomar una decisión al respecto.
El Consejo de Administración de TVE celebrado el pasado 30 de junio iba a tratar este asunto. Sin embargo, no hubo hueco para hablar sobre ello y se pospuso a reuniones futuras, en las que no se ha tratado el asunto. Tampoco parece probable que los dos nombres que se barajaron se hagan cargo del formato.
Mónica Naranjo se lleva a su entrevistado a interactuar con la gente por la calle
Ni falta que hace. TVE puede dejar de buscar un nuevo presentador: Mónica Naranjo es su nombre. ¿Y por qué lo digo? Hace unas semanas se filtraba el programa que había grabado para Mediaset España junto a la productora de La Competencia llamado El show portátil de Mónica Naranjo. Un piloto del que muchos hablaron y mostraron fotos, ya que estuvo colgado durante horas, pero que ningún medio pudo ver por completo… salvo BLUPER.
“¿Y qué sensaciones transmite?”, os preguntaréis. La primera de todas es que la productora le sabido dar la vuelta necesaria al formato de entrevistas con algo tan sencillo cómo acercar al entrevistado a los espectadores. Y lo consigue de dos formas: sacándole a la calle a interactuar con la gente y llevándose al público allá donde esté con su entrevistado.
De esta forma no es sólo Mónica Naranjo la que entrevista, también la audiencia. Es decir, una especie de Tengo una pregunta para usted. De ahí que en este piloto, la cantante enfrente a Jorge Javier Vázquez a los peatones de Gran Vía provocando que el presentador pueda demostrar en directo cómo el público a veces les trata como un trozo de carne al pedirle un autógrafo.
El público, parte del show
Ya en el teatro, lugar donde continúa entrevista, la imprevisibilidad de la calle da paso a la notable selección de público para interrogar al entrevistado. El público deja de ser pasivo para convertirse en parte activa del show. Una conocida bloguera, un monologuista o una jubilada son algunos de los personajes que ayudan a Naranjo a interrogar al invitado.
La Naranjo juega con sus entrevistados. Y aunque pueda haber guión, nada parece forzado.
La segunda sensación -y más importante- es la habilidad de la de Figueras para hacerse con el programa. La Mónica más divertida, natural y rebelde vuelve a resurgir. “Siempre he observado a mi hijo jugar en el parque y me he dado cuenta de que la vida es eso: jugar. Para mí va a ser jugar”, explicaba hace unos años cuando se estrenaba como presentadora de A bailar. Y así es. La Naranjo juega con sus entrevistados. Y aunque pueda haber guión, nada parece forzado como así ocurre en ocasiones con Bertín Osborne.
La Naranjo demuestra que si TVE apuesta por ella, puede ser su nueva Raffaella Carrá. Toda una show-woman espontánea, cercana, sin pelos en la lengua y con una perfecta dosis de humor negro, que pasa sin problemas de ponerse seria con el entrevistado a saltar de la emoción como una niña, o cantarle su canción favorita.
Ojalá en algún momento se pueda ver su llegada al Laboratorio de la Voz de Jorge Javier Vázquez, su paseo por Gran Vía o su ensayo para presentar las Campanadas. Sería una pena que un programa así quede guardado en un cajón.