Bárbara abandonó Gran Hermano 17 en el ecuador del concurso, forzada por circunstancias familiares, cuando la convivencia estaba ya totalmente definida y casi todo el pescado vendido. El público había decidido desde hacía semanas a sus favoritas y potenciales ganadoras, Adara y la alicantina, y ahora solo quedaba verlas ganar.

El fin de semana del obligado abandono de la alicantina colmó el reality de desesperanza para varios de los seguidores del programa. Una posible triunfadora fuera de combate y la repesca de un personaje, que utilizó el concurso para limpiar su imagen y dejar alguna que otra secuela en los concursantes en forma de información del exterior, destruyó en un instante todas las tramas e historias que el espacio de Telecinco había logrado construir en dos meses de innegables esfuerzos.

Será imposible encontrar a una concursante tan entregada, leal, consecuente y generosa con la audiencia y sus compañeros como Bárbara; carne de convertirse en la primera expulsada de cualquier edición del reality por su tono polémico y desenfadado pero, sorprendentemente, apoyada y querida por el público hasta el punto de salvarla en todas y cada una de sus 7 nominaciones.

¿No sería fabuloso poder volver atrás, retrocediendo en el tiempo, para volver a reescribir una historia que parece cerrarse con un final triste de nuestras manos? Pese a que suene mal afirmarlo, ya nada ata a Cacu al exterior y la situación de la youtuber ha cambiado mucho desde que declinara la oferta de la organización para volver al concurso. Telecinco debería dar una segunda oportunidad a Bárbara.

Ya sea en forma de repesca; sometiendo a juicio su vuelta a la casa de Guadalix de la Sierra a la decisión de los espectadores mediante la app del programa; o como concursante de la inminente edición de Gran Hermano VIP, Barby merece su final feliz.

La exconcursante merece tener la oportunidad de redimirse ante la audiencia y ante sí misma, cumpliendo el sueño de su padre, e irguiérdose propietaria del maletín que la corone como lo que es: una persona que reúne todas las cualidades y requisitos con las que debe contar cualquier concursante de Gran Hermano. Y es que Bárbara es la verdadera esencia del formato.