Cambiarse la v por la b no es lo único controvertido que Dabiz Muñoz ha hecho en el mundo de la cocina. Siempre le gustó llamar la atención. Entre Dior y Louis Vuitton, en medio de uno de los barrios más pijos de Londres, el chef español ha abierto su tercer restaurante bajo la marca StreetXO. Pero como es aficionado a eso de cambiar las letras, a él se le conoce como El Xef.
Aprovechando el lanzamiento de este nuevo local, Cuatro está rodando en Londres la segunda temporada de El Xef. Situado en Old Burlington Street, entrar en ese restaurante es dar un paseo por los suburbios. Dejando atrás las tiendas más caras de la capital inglesa nos adentramos en un lugar donde no existen las reglas pero sí la disciplina. David no está. Cerró el día anterior DiverXO en Madrid a las 2 de la mañana y puso rumbo a Londres para estar al frente del primer servicio.
Y es que hace apenas tres semanas que se abrió este pequeño oasis en el barrio. StreetXO no es un restaurante en el que sentarte y comer. Es una experiencia única que tiene que mantener despiertos los sentidos en todo momento. Si bien cualquier restaurante intenta esconder lo máximo posible su cocina, aquí los cocineros son los protagonistas. Es un programa de televisión en vivo y en directo.
Las cámaras ya están rodando recursos. Y es que el equipo de cocineros que acompaña a Muñoz en esta aventura también forma parte de este docurreality de Cuatro. Secundarios en la historia, son la base que permiten que David brille. Para molestar lo menos posible, El Xef se rueda únicamente con dos cámaras que ya forman parte de la familia de ese StreetXO.
En ese momento, mientras todos se encuentran preparando las comidas que en unas horas se convertirán en comandas, llega El Xef. No hace caso a nadie. Para él la televisión es algo muy secundario. Muy secundario. Lo importante es que su cocina esté al día con todo preparado. La televisión en un mero entretenimiento de fondo. Las cámaras se las tienen que ingeniar para hacer su trabajo. Que graben lo que quieran pero que no interfieran en el trabajo de cocina. Mientras cualquiera se pondría a estudiar su guión, David coge un folio en blanco para ponerse a crear su próximo título gastronómico.
Hubo momentos en los que parecía que esto no salía adelante
El Brexit, una dificultad más
Por el camino para cumplir su sueño, Dabiz Muñoz se ha tenido que encontrar con muchas dificultades que han hecho que la apertura de este restaurante haya sido un milagro. Después de invertir 3 millones de libras en su apertura, las zancadilas que se ha encontrado por el camino ha hecho que a veces casi tire la toalla. “Hubo momentos en los que parecía que esto no salía adelante. Hubo problemas con la propiedad, la infraestructura del edificio, tuvimos muchos y al final hace un año, pensamos que no era posible”, asegura Dabiz Muñoz.
“Con Londres han pasado muchas cosas. Tanto a nivel societario como a nivel estructural de la propiedad. Nos encontramos muchos más problemas de los que había y esto derivó en que teníamos que invertir mucho más dinero del que pensábamos en un principio. Y se retrasó porque no encontrábamos la forma de sacarlo adelante y al final la demora fue de dos años y medio”, relata Muñoz.
Entre las calamidades por las que ha tenido que pasar Muñoz se encuentra el Brexit. “Nos acostamos pensando que el Brexit, como Trump, no iba a ocurrir y nos levantamos viendo que había ocurrido. Me pilla de sopetón y no era el mejor de los escenarios para nosotros. Cuando pasó esto nos faltaban unos cuatro meses para abrir. ¿Y ahora qué? Esto cambiaba algunas cosas y ponía algunas cosas algo más difícil, no creo que ponga ninguna más fácil, simplemente teníamos que ser algo más ingeniosos y creativos a la hora de buscar algunas soluciones”.
Su éxito de audiencia
El Xef cerró el pasado curso con un 9,5% de cuota de pantalla y casi 2 millones de espectadores, lo que convirtieron al programa en una de las grandes alegrías de Cuatro y en uno de sus formatos de más éxito de los últimos años. “El éxito radica en que nunca le hemos puesto filtro, siempre hemos sido valientes, hemos mostrado lo que hacemos y cómo y en el fondo yo creo que es muy guay. Un grupo de gente joven muy amplio dirigido por otro grupo de gente joven más reducido”, asegura Muñoz.
Cristina Pedroche, siempre en el aire
En el aire siempre surge un nombre que bajo este clima parece innombrable: Cristina Pedroche. Compañera en la cocina, pertenece a la competencia en términos profesionales. A pesar de ser su mano derecha en esta aventura televisiva, se mantiene en todo momento detrás de las cámaras. El propio David asegura que es un fantasma que incluso llega a probar comidas sin aparecer en el plano.
Es él el que saca el nombre de Cristina y lo pone sobre la mesa. Muchos estaban deseando preguntarle por ella para descubrir qué es lo que ha pasado para que Pedroche tenga ya hasta sus propias croquetas en el menú. “La jefa”, como hablan de ella los propios camareros. “Cristina invirtió también en el restaurante y se ocupa de un montón de cosas. Hay muchas que hacer a día de hoy, y todas las que tienen que ver con gestiones, hablar, organizar... En el fondo Cristina y yo somos un equipo, y podría hacer una lista de las cosas que yo me ocupo de ella y las cosas que ella se ocupa de mí. Al final nos ocupamos de cosas el uno del otro”, declara David.
“No me dedico a la televisión”
“No me dedico a la televisión y no me voy a dedicar nunca. Una cosa es que se haya grabado a un David a quien ha seguido la cámara en todo lo que hago y otra cosa es dejar de hacer cosas para hacer televisión”, dice el propio Muñoz.
A la prensa le toca esperar su turno. No será hasta que todas las mesas estén servidas y el servicio de mediodía haya terminado cuando podamos hablar con él. De nuevo, El Xef vuelve a demostrar que lo primero en su vida es la cocina. “Esta cocina es una Fórmula 1”, dice David Miralles, director del programa. “La anterior temporada terminaba con un plano de este restaurante en obras muy recién empezadas. Para él era cumplir un sueño. Estaba emocionado el día de la apertura”, comenta el director.
Su desvergüenza ante las cámaras hace que muchos le quieran como jurado de la larga lista de programas de cocina que ahora mismo hay en televisión. El propio David confirma que ha recibido algunas ofertas. “Me dedico tantas horas a cocinar, tantas, no voy a ningún sarao. Todo lo que hago es estar gestionando cosas que tienen que ver con la gastronomía que si alguien quiere decir que me dedico a la farándula está en su derecho, pero creo que es evidente que... o sea en realidad yo tengo las manos llenas de grasa porque estoy todo el día cocinando, no yendo a fiestas”.
No critica, sin embargo, que algunos de sus compañeros hayan querido dedicarse a este mundo de la pequeña pantalla: “Que yo no haga televisión no significa que me parezca mal que Alberto haga televisión o que Jordi haga televisión. O sea, yo no quiero hacer televisión. A mí me parece genial que Alberto haga televisión, y de hecho lo hace muy bien”, dice.