Es oficial: Gran Hermano 17 ha muerto. Este jueves, la audiencia decidía que Adara saliese de la casa. La audiencia es soberana y ha decidido matar el concurso. Adara podría gustar más o menos a los seguidores del programa, pero era la única superviviente de uno de los bandos de la edición y, por lo tanto, la única confrontación dentro del reality. Muerta Adara, muerto GH 17.
Sin duda, la última edición del reality ha estado marcada por una gran cantidad de broncas constantes. Es la primera vez que la organización ha tenido que tomar las riendas y atar a los concursantes para calmar la situación. En esta edición no ha habido estrategias ni grandes personajes maquiavélicos que estudiaban sus votos. Sólo ha habido malos y buenos.
Adara y Bárbara eran las grandes favoritas para hacerse con el triunfo del programa. Con la salida de la segunda por la enfermedad de su padre, Adara se ha quedado coja y sola dentro de la casa. Se convertía así en un personaje que sólo se encendía y resaltaba cuando tenía que decir a gritos algo al resto de sus compañeros. Gustase o no, era la única chispa dentro de la casa en estos momentos.
Con su salida, ahora los espectadores sólo tienen que elegir quién es su favorito y cada semana el menos votado irá saliendo de la casa. Quedan cinco concursantes dentro del concurso, a cada cual más soñador y creador de bostezos. Dos pseudo parejas que se han creado dentro de la casa y Miguel, el creador oficial del drama consigo mismo.
La victoria en GH 17 ya no tiene mucho interés como concurso. A partir de ahora todo será buen rollo más allá de algún encontronazo en directo. De aquí a la gran final se producirán muy pocos vídeos y el verdadero interés de la edición será ver a Adara y Pol fuera de la casa o a Bárbara enfrentándose a Jordi González en El debate. Lo que pasa allí dentro resulta aburrido.
GH 17 ha ofrecido lo que ha ofrecido. Sin más y sin menos. Ha sido la edición del grito y del insulto. Y si eso es lo que nos vendieron desde el principio, eso es lo que deberían haber dado hasta el final. Sin estrategias a las que estar atentos durante las próximas semanas, el concurso ya carece de sentido y oscurece un casting que en un principio resultaba picante.
Todavía queda en nuestra retina aquella final de GH 16. Hasta el final hubo bandos enfrentados, peleas sonadas y enemigos que se ponían delante de la audiencia para ver quién salía vencedor. Aquí todos pertenecen a un mismo bando y todavía quedan cinco concursantes dentro de la casa a los que habrá que ir echando entre bostezo y bostezo. ¡Qué ganas de que rellenen esa casa con los VIP!