Antonio Recio es una de las columnas principales de La que se avecina. Jordi Sánchez, actor que da vida a este personaje homófobo, xenófobo y todo tipo de improperios, se ha tenido que enfrentar en más de una ocasión a las polémicas que han ocasionado los guiones que tiene su personaje. Ahora responde en una entrevista concedida a Shangay a todas estas controversias. 

"La única consigna es que tenía que caer bien como sea, y eso era muy complicado porque ofende a todos los colectivos. Todo le sale mal, no tiene amigos... y ese punto de niño malo lo acerca a la gente", confiesa, sobre los primeros matices que le dieron sobre este personaje tan peculiar. 

Es mayorista y no limpia pescado. Eso lo sabemos todo. Pero ha molestado a más de uno con sus bromas y al final del día se tiene que enfrentar a aquellos colectivos dolidos. "Supongo que hay gente a la que no le ha gustado, pero yo creo que es bueno y muy transgresor. Lo que está claro es que la serie no se mete con los colectivos, hace crítica a los intolerantes, no va contra los gays", responde el actor. 

Aunque odia a su propio personaje, asegura que es un bombón tener entre manos un guión de esta talla. "Como persona es un horror, pero como personaje es un bombón, tiene todos los pecados capitales", asegura. "Prefiero hacer a Hitler que a un personaje neutro, tienes mucho más a lo que agarrarte. Lo que me gusta es meterme en la piel de otras personas, para hacer de mí mismo me quedo en mi casa".

Y es que ser el antagonista oficial de La que se avecina también le ha conedido la oportunidad de ser uno de los personajes más queridos de la comedia. "El que la gente te salude y reconozca es bonito, a nadie le molesta que le feliciten por su trabajo, aunque cuando estás en sitios públicos es un poco complicado. Es como salir por la puerta de una boda todos los días”, confiesa.