Desde el primer minuto, uno sabe que con Pulsaciones no se está enfrentando a una serie tradicional de Antena 3. Pulsaciones es la niña rarita. Rarita de cojones. Al menos, para lo que nos tiene acostumbrada la televisión generalista de este país. Pulsaciones es difícil, complicada y tal vez se ha pasado de rosca a la hora de exigir demasiado a los espectadores.
La nueva serie de Antena 3 y Globomedia tiene como principal impacto mediático la dirección de Emilio Aragón. Un titular que hace que a uno le entren ganas de sentarse delante del televisor a ver lo que nos quiere contar este histórico nombre de la pequeña pantalla. Como premisa está muy bien. Sin embargo, al espectador hay que darle golpes de esperanza y Pulsaciones no cubre estas necesidades. Al menos, no lo hace en su primer y más importante episodio.
Dale tiempo. Es lenta. Empieza a ponerse interesante en el tercer episodio. Son frases a las que nos tiene acostumbrada la ficción americana. Sobre todo, la que proviene del cable. Series de televisión que se pueden permitir la licencia de ponerse intensitos a la hora de tratar con el espectador de tú a tú. Tiempos que la televisión en España no cubre y que se lo pone bastante complicado a Pulsaciones.
Y es que es una ficción cuya sinopsis es acojonante y que aporta mucho juego en un primer contacto. Es muy interesante como producto. Pero está planteada al revés por completo y tarda demasiado en meternos en la historia. Una historia que, con paciencia y esmero, es bastante potente. Una historia a la que uno tiene que estar dispuesto a llegar. Y es que poco ocurre en los primeros 40 minutos de episodio más que una presentación de personajes y de situaciones. A Pulsaciones le falta un gran golpe de efecto inicial que haga conectar al espectador desde el principio y le mantenga retenido en el sofá de su casa.
Los personajes están muy bien dibujados y articulados. La serie cuenta con muchos exteriores que le dan a la trama mucho dinamismo. Más allá de un periodístico utópico e imposible que siempre intenta mostrar la televisión, el producto está bien empaquetado en cuanto a forma. Sin embargo, el eje central de esta historia no aparece hasta los minutos finales del primer episodio. Yo sé de qué va esta serie porque me dedico a este mundo. Para aquel que se sienta a ver la serie para ver qué le quieren contar debe ser mucho más complicado entrar en el hilo argumental.
Lo más importante de Pulsaciones es que no tenemos delante nuestra una serie protagonizada otra vez por Blanca Suárez y Yon González. La serie renueva el plantel de actores que tenemos delante de nuestras narices constantemente y a los que no estamos tan acostumbrados. Nombres de la talla de Leonor Watling, Pablo Derqui y Juan Diego Botto le aportan un plus al proyecto. Una prometedora y potente Meritxell Calvo de la que espero se hable mucho en el futuro.
Pulsaciones tiene garra pero no araña. Tiene gancho pero no atrapa. Pulsaciones pide mucha calma al espectador. Tal vez demasiada. Antena 3 ha dado con la clave de los buenos thrillers de investigación policiaca con casos como Bajo sospecha y Mar de plástico. Un producto bastante más complicado que estos dos anteriores que le pide al espectador una capacidad de paciencia que muy pocos tienen. Una ficción que llega adelantada a esos tiempos en los que cada uno consume cuándo y cómo quieren. Porque, no nos engañemos, por mucha televisión en diferido que consumamos, la que sigue mandando es la cuota de pantalla que se publica el día después.