LeKlein será la única candidata que se suba al escenario de Objetivo Eurovisión el próximo sábado por mérito propio, sin necesidad de haber sido elegida a dedo, después de arrasar en la final del Eurocasting hace ahora un mes.
Toda una recompensa a su lucha por hacerse un hueco en la industria musical después de una importante evolución a lo largo de los años. Y es que, aunque para muchos la cantante pueda ser una desconocida, lo cierto es que ya se coló en nuestras vidas hace más de quince años como Vanesa Cortés.
¿Por qué el paso de Vanesa Cortés a LeKlein?
Yo soy una persona que me gusta evolucionar. Y esto fue una evolución del pop español a la música electrónica o house. Vanesa Cortés sonaba muy flamenco. A mí me gustaba, pero empecé a trabajar en Amnesia y veían más conveniente que tuviera un nombre más internacional: Vanesa Klein. Y luego quise desmarcarme de esa música electrónica, que es más de discotecas, que no expresa el estilo al que me quiero dedicar, un pop con toques electrónicos con ritmos latinos, y pasé a LeKlein.
¿Es una evolución más musical o personal?
Ambas cosas. En lo personal vas madurando, por lo que tus gustos musicales varían y también porque lo que vas escuchando va variando. Quedarte haciendo siempre lo mismo me resulta aburridísimo. Escuchas otras tendencias, te inspiran, te motivan.
¿Naciste música?
Sí, totalmente. En casa me dicen que soy la McGyver de la música: con un palo y un chicle te hago música. Con dos o tres años tocaba la batería canciones de Madonna o Michael Jackson y mis padres siempre me regalaron instrumentos para motivarme.
Quiero vivir de forma valiente y expresando lo que siento, aunque duela
¿Has sido autodidacta?
Totalmente. Y sigo siéndolo. Nunca he ido al conservatorio, ni a clases de voz. Y también toco el piano.
¿Y cuando empezaste a componer?
Con diez u once años. La composición me motiva como nada. El hacer una canción y, que de repente te transmita, tiene una magia especial. Y que el público lo escuche y lo reciba, es una pasada.
¿Dónde surge Ouch!?
Una noche en mi casa, en pijama y con la guitarra. David Ascanio y yo teníamos varias ideas, pero ninguna nos convencía. Y esa noche tuve una idea y se la mandé y nos pusimos con ella. Yo compongo primero la música y luego letra. Para mí lo prioritario es la música y, si encima la letra acompaña, mucho mejor. Cuando empezamos a componer, yo canto en esperanto. Y en esta composición había un grito que era ‘au’. Y, de ahí, ouch! Y luego salió mi parte empresarial: se vende solo. De hecho han sacado en Mango y Zara sudaderas que pone Ouch!, aunque tallas que no me valen.
¿Y cuál es su significado?
Es un grito de auxilio o de autoconvencimiento de mi propia identidad. La vida duele, pero yo sigo ahí y quiero vivir de forma valiente y expresando lo que siento. O dices algo a alguien y te duele. Lo que dice la canción es que nadie te quite esa libertad.
¿Ha sido terapia?
Sí, una terapia total.
Ruth Lorenzo decía lo mismo de Dancing in the rain…
Esas cosas son las que transmiten. Aquello era un temazo y ella es una pedazo de cantante. No es una canción vacía, tiene un significado, tiene alma. Por eso digo que aunque quieras escribir una canción con un mensaje, si no se siente, no se transmite. Y ella lo consiguió. Y creo que Ouch! llega también. Recibo mensajes en los que me dicen que mi canción les ha ayudado. La gente toma frases como ‘never silence my voice’.
En una entrevista te mostrabas muy crítica con los talent show…
¡No! Es un error completamente. Esa entrevista me la hizo Shangay cuando tenía 18 años. ¡Imagina! Lo que dices con esa edad, que no te sabes expresar... No quise decir eso. ¡Pero si me beneficié un montón! Y, además, tengo mogollón de amigos de OT: Juan Camus, Geno, Rosa… Y hasta he escrito canciones para Chenoa. Lo que pasa es que en ese momento era una cosa nueva y yo estaba viendo a ver donde llegaba. OT fue OT y cambió la industria ese año. Después todo volvió a su ser. Y, desgraciadamente, ¿cuánta gente de talent termina saliendo con carrera?
No soy crítica con los talent show. ¡Pero si me beneficié un montón!
Hoy en día tenemos a Manuel Carrasco y Pablo López, pero porque han demostrado que son grandes compositores...
Pero no están por un talent, sino porque tienen talento. Es muy importante que tu música madure. Con 20 años no expresas igual. Los temas que hago ahora, por ejemplo, me gustan más porque son más profundos, armónicamente y en mensaje.
¿Qué crees que nos ha faltado en Eurovisión?
No ha faltado nada. Quizá pequeños detalles. Yo no tengo la llave ni el secreto de Eurovisión. Creo que igual nos ha faltado una canción que llegue de primeras con profundidad, no al oído o la vista. Algo que llegue desde el primer momento como Euphoria. Pastora Soler llevaba un temazo, pero creo que el error fue el español. Me recuerda un poco a Conchita Wurst, una solista con un tono serio... Sin embargo, lo llevaba en inglés. Y luego está la imagen. Es importante tener una imagen que te diferencie del resto.
Tú eres consciente de que tu imagen es importante...
Yo lo hago sin querer. No está preparado. Soy así. Sé que vende, claro. La imagen es importante para un artista.
En estos años, ¿has compuesto para otros artistas?
No. Sólo para mí. Hubo un momento en el que no me apetecía componer para otros. Me sentía con necesidad de sólo hacerlo para mí. Y he tenido propuestas, pero he preferido guardarlas porque no sabía si quería cantar esa canción. Tengo potencial para cantarlas yo. Y si no fuera así, me dedicaría a componer que es un trabajo muy agradecido. Pero, de momento, tengo esa inquietud de interpretarlas.
¿Tenéis pensada ya la puesta en escena?
Ya está todo. La ventaja que tenemos es que ninguna discográfica controla nada. Somos nosotros los que ideamos esta locura. TVE nos da unos medios, un plano detallado del escenario y ahora una empresa audiovisual se encarga de hacerlo realidad. Nosotros damos un minutaje.
Si la única crítica a la canción es lo de los errores, vamos bien
Dicen que tu canción tiene errores gramaticales…
Es mentira. Yo soy prácticamente bilingüe y hablo inglés perfectamente. Aparte de eso, la canción está estudiada con un nativo americano. Sé perfectamente las dos palabras que creen que están mal. Pero, no. Reto a la gente que escuche canciones de artistas internacionales y que pasen sus canciones por la misma prueba que la mía, a ver si aprueban. Me gusta esto porque si esa es la única crítica a la canción, vamos bien.
Si no vas a Eurovisión, ¿qué sucederá con tu carrera?
El proyecto sigue. Está claro que la gente quiere consumir esa canción. Y está claro que la gente me está dando esa oportunidad y hay que aprovecharla. Ya estamos trabajando en otros temas que no sacaremos hasta que pase Eurovisión. Pero claro que esto tendrá una continuidad. La gente lo quiere y yo más.