¿Sabías que representar a España en el Festival de Eurovisión es un acto totalmente altruista y que los artistas no cobran ni un euro de Televisión Española y la UER por participar en el concurso? ¿Conocías que estos son obligados a servir pleitesía al ente público incluso un año despúes del certamen europeo? ¿A qué se compromete un cantante o grupo cuando se atreve a embarcarse en el duro viaje que significa abanderar a España en Eurovisión?
Tras arrojar algo de luz sobre las abusivas condiciones que impone RTVE a sus candidatos al certamen en torno a la puesta en escena y en cuestión de derechos de autor, BLUPER se ha decidido a exponer el gasto real que la cadena pública invierte en el Festival y la vinculación real del abanderado español en el certamen con TVE.
El intérprete, a servicio de TVE también después de Eurovisión
"El artista se compromete a ponerse totalmente y con el máximo empeño a disposición gratuita de TVE para participar en el Festival de la Canción de Eurovisión organizado por la UER". Con esta firme declaración de intenciones, la cadena pública deja bien claro en uno de los epígrafes del contrato que deben firmar los aspirantes y representantes españoles del concurso, que estos no verán ni un solo céntimo de su participación en el certamen europeo.
El cantante es obligado, además, a dar la cara "en cualquier acto o programa de TVE que lo requiera, de acuerdo a la agenda que se establezca". Eso sí, "priorizando la producción, ensayos y promoción de Eurovisión".
El representante español en el Festival o aspirante a serlo firma un contrato vinculante al ente público "desde el momento de su participación en la selección" que se prolonga a su regreso a España: "hasta el final de junio".
Durante ese tiempo, el abanderado de nuestra nación en el concurso es obligado a desarrollar "todas las actividades relativas a la preparación y ensayos, documentación, viajes, actos de promoción y prensa convocados por RTVE o por la UER, así como la interpretación de la canción seleccionada".
Así mismo, el artista también es obligado a estar "disponible" para participar y actuar en cualquier programa o acto de RTVE que el ente solicite y en las condiciones habituales que se acuerden tiempo después del mencionado anteriormente. "Desde julio hasta la celebración del siguiente Festival de Eurovisión", el abanderado estará a merced de RTVE salvo a que la televisión pública "acepte la justificación de motivos que lo impidan".
La promoción, el verdadero pago del artista
¿Por qué aceptan los artistas las desmedidas condiciones de la cadena pública española para representar a su país en Eurovisión tras estudiar y descifrar este desmedido convenio? Sin duda, por la exposición mediática que supone para el cantante formar parte de la emisión no deportiva más vista del año.
La promoción nacional e internacional que recibe el abanderado español en el Festival, así como el seguimiento continuo que medios locales y extranjeros, hacen de la propuesta de TVE convierten al representante en todo un acaparador de portadas de medios tradicionales y digitales.
¿Qué estilismo llevará en el certamen? ¿Cómo será su videoclip? ¿Cambiará la producción del tema antes de llegar a concurso? ¿Cómo es recibido por el resto de países europeos? Todo esto sin mencionar las polémicas que suelen rodear a Eurovisión cada año.
Las campaña en marcas, a juicio de Televisión Española
Tras vincular su imagen a la del ente público, los artistas son incapaces de firmar un contrato que les vincule con otra marca sin la autorización y supervisión previa de Televisión Española.
Así lo menciona de manera explícita el acuerdo por escrito que los representantes del Festival de Eurovisión deben firmar para llegar a participar en el mismo: "En ningún momento del periodo mencionado (del diciembre a junio), el artista asociará su imagen, vestuario o complementos, a ninguna marca distinta a las de la Corporación sin autorización previa de TVE".
Esta cláusula vuelve a dejar al representante y a su equipo como los mayores perjudicados del control obsesivo de TVE por su candidatura en el concurso al ser inabilitados para poder hallar financiación alejados del foco del Festival.
TVE corre con los gastos del equipo del artista en el Festival
A diferencia de otros países en los que es totalmente lícito y común que un cantante, su discográfica o agencia de management acaben aportando un gran desembolso económico en pro de su ambición por brillar en el escenario del Festival de Eurovisión, Radiotelevisión Española no permite a sus representantes que estos corran a cargo del costo de su propuesta escénica.
El ente público es el encargado de asumir los gastos del alojamiento del viaje del artista y su equipo a la sede en la que se celebra el concurso, así como de su manutención durante la semana en la que tiene lugar el evento.
Pese a ello, RTVE no ha salido indemne de las críticas de parte de los responsables de alguna de las candidaturas que ha enviado durante los últimos años. Entre ellos, la coreógrafa Miryam Benedited, que llegó a denunciar públicamente en 2015 al ente público, por enviarla de vuelta a España días antes de que Edurne acabara sus ensayos en Eurovisión para escatimar en gastos.
Donde Televisión Española no pone ni un solo céntimo es en la promoción internacional del artista. Cuando este es invitado a hacer acto de presencia en la final nacional de otro país afiliado a la UER o a participar en conciertos de promoción, son los organizadores del evento quienes corren con los gastos.
El patrocinio, tan solo usado en 2013
Para Televisión Española, acudir a Eurovisión con un patrocinio cultural no es una opción desde 2013, año en el que Pullmantur se convirtió en un gran balón de oxígeno para las cuentas de RTVE al promocionar el viaje de El sueño de Morfeo hasta la ciudad sueca de Malmö.
A diferencia de países como Grecia o Chipre, donde es inviable acudir al Festival de la canción sin un mecenas, España decide asumir de manera íntegra año tras año el coste de su participación en el formato como miembro del Big 5.
Gastos que, en algunos casos parece que los españoles jamás conoceremos. De nada ha servido que dos sentencias, una de ellas de la propia Audiencia Nacional, hayan dictado que los costes del concurso son una información "de carácter público" y deben ser publicadas.
TVE declina revelar el coste de Eurovisión en 2015 alegando que, "aunque son una empresa pública, tienen funcionamiento privado".