Cuando Atresmedia comunicó de forma oficial que Cristina Pardo tendría un programa propio en laSexta el grito posterior fue casi unánime: ¡Normal! Y es que la periodista suplente de Antonio García Ferreras llevaba calentando durante mucho tiempo en los laterales del campo y muchos de sus seguidores pedían ya que saliese como titular.
Este domingo sale en la lista de convocados como Malas compañías (21:20 horas). A ella no le gusta el lenguaje del fútbol aunque tuvo coqueteos con el terreno de juego en el pasado. Se ha convertido en la cara de laSexta en la sede del PP y eso la ha llevado a convertirse en uno de los rostros más reconocidos por los espectadores de la cadena.
En su nuevo y primer programa de televisión propio juega en terreno cómodo y conocido. Malas compañías es un especial de dos capítulos que abrirá la caja de Pandora en cuanto a la corrupción del Partido Popular en la Comunidad Valenciana. Se estrena como sustituta de Jordi Évole, pero el periodista la ha acompañado en este camino como encargado de la producción del mismo. Este es el primero de otros casos de malas compañías que ya se están estudiando para la cantera de Pardo.
Estamos acostumbrados a verte como la reportera cañera de laSexta. ¿Cómo le explicamos al lector quién es Cristina Pardo? ¿Cuándo piensas por primera vez que quieres ser periodista?
Yo empecé a querer ser periodista con 17 años. Mi padre y mis hermanos escuchaban en la radio a José María García mientras veían el fútbol en la tele y yo decidí que quería hacer eso. Me parecía un genio porque era capaz que yo me tragara seis horas de fútbol sin tener ni idea de fútbol. Decidí que quería estudiar periodismo y eso hice.
José María García condicionó mi vida hasta límites insospechados. En segundo de carrera nos pidieron que entrevistásemos a alguien y yo le mandé un montón de cartas. Vino a la universidad a dar una conferencia y me concedió 10 minutos. Luego le mandé una carta para decirle que quería ir a ver Tiempo de juego y después le mandé una carta pidiéndole prácticas y se la pasó al director de informativos. Me hicieron la prueba y me cogieron. En tercero de carrera me contrataron en la COPE y terminé la carrera a distancia. Y así, hasta hoy. No sólo hice periodismo por José María García, sino que me dio la primera oportunidad.
¿Hubieses hecho periodismo deportivo?
Hubiese querido porque escuchaba y me gustaba mucho José María García. Pero es que no sabía nada de fútbol. Hasta tal punto que una tarde me enviaron a un partido cuando hacía prácticas en Onda Cero y me tuve que llevar los cromos de mi hermano. Yo estaba en el túnel de vestuario con los cromos y cuando me pedía entrevistar a alguien sobreviví con los cromos de mi hermano. ¡Virgen de la Macarena! ¿Quién coño me ha mandado a mí meterme en esto?
En torno a tu nuevo programa ha habido mucho misterio. ¿Qué es ‘Malas compañías’?
Pues van a ser dos capítulos que estarán centrados en la corrupción del PP en la Comunidad Valenciana. Tiene la peculiaridad que son personas que tiran de la manta por fin después de años de políticos a los que no les consta nada. Todos tenían una vida normal ajena al mundo de la política hasta que un día un político se cuela en su vida, les ofrece el proyecto de su vida y se complica todo. Ahora se enfrentan a un montón de años de cárcel. Además de eso tenemos una entrevista con Vicente Torres, el fiscal de Anticorrupción de Valencia, que nos cuenta la falta de medios con la que trabajan, los mensajes velados que les llegan desde la clase política cuando abren una investigación o cómo les desbaratan las operaciones.
¿Están conectados ambos programas?
Sí, sí. Están conectados, pero si no has visto el primero puedes ver el segundo. Los personajes son diferentes y es verdad que el nexo de unión de los dos es el fiscal de Anticorrupción.
¿Dará que hablar?
A mí, personalmente, el testimonio del fiscal me parece que debería. Es verdad que hay otros testimonios en los que se cuenta cómo robaban que también son muy interesantes. Pero sí creo que lo de la fiscalía es un tema muy grave. Es el que tiene que perseguir todos los temas de corrupción y está contando que les dan ordenadores que no tienen ni bajado el Office, que no tienen programas para leer los correos electrónicos y están dos personas para 15 o 20 casos de corrupción.
Jordi me había dicho muchas veces que tendríamos que trabajar juntos algún día
¿De dónde surge ‘Malas compañías?
Es una idea que tuvo Jordi [Évole] y que poco a poco se fue moldeando hasta llegar a esto, a las personas anónimas que querían tirar de la manta.
¿Te llamaron ellos a ti?
Jordi me había dicho muchas veces que tendríamos que trabajar juntos algún día. Yo siempre lo veía como un deseo. Yo también quería. Era algo que no veía en el horizonte. De pronto un día vino y me contó la idea. Me preguntó si me gustaba y quiso presentarlo a la cadena.
¿Tenías ganas de volar en solitario?
Es una cosa que no me preocupa para nada porque creo que no es garantía de éxito. Me preocupa mucho más divertirme en el trabajo. En este caso me ha gustado mucho hacer Malas compañías, pero tampoco quiero pensar que esto no tiene vuelta atrás. Yo sigo con mi trabajo en Al rojo vivo y sigo sustituyendo a Ferreras. Por lo tanto, ha sido una experiencia bestial, pero el futuro no está escrito. Ya veremos lo que pasa.
Siempre pensamos que te veríamos haciendo ‘Los desayunos’ de laSexta. ¿Te verías haciendo algo así?
Me veo haciendo cualquier cosa que te divierta. Y ya está. Con esto he aprendido mucho y ha sido una experiencia genial. Hay algo que para mucha gente no tiene importancia: el equipo con el que he trabajado. Hemos hecho muy buenas migas. Convivir en una situación de trabajo tan delicada a veces es difícil. No sólo ha sido una experiencia laboral genial, sino una experiencia personal que no voy a olvidar en mi vida. Ni por la confianza de Jordi ni por el equipo con el que he trabajado.
En política puedes tener personas con las que te llevas bien. Los amigos los tengo en otra parte
¿Se pueden tener amigos en la política siendo periodista?
Amigos… se pueden tener personas con las que te llevas mejor que con otra. Yo los amigos los tengo en otra parte.
Siendo tú la que cubre el PP… ¿te puedes llevar bien con gente siendo tan cañera?
Sí, porque yo les trato con respeto. Aunque sea dura, siempre trato de ser una persona educada. Y ellos también. Cuando pasas tantas horas en campañas electorales o en actos políticos al final hay un trato personal que es inevitable. Al final creo que lo más importante es el respeto y como en todo grupo humano hay personas con las que te llevas mejor que con otra.
Si dejaras la política y dieses el salto hacia otro tipo de programas, ¿plasmarías toda tu experiencia en un libro?
Escribí un libro de anécdotas sobre cómo cubrir el PP y para mí fue una gran experiencia pero es verdad que me llevó mucho trabajo. Lo compatibilicé con todo el trabajo que ya hacía en laSexta y en la radio. Fue una locura ese momento. No vería mal volver a escribir un libro siempre y cuando tenga algo que contar. Pero escribir por escribir… A mí me encanta la novela negra, pero no sé escribir novela negra. Lo que no voy a hacer es escribir por escribir. Cuando un día tenga algo que contar, lo haré.
Haces algo bien cuando los políticos se cabrean
Recuerdas a esas periodistas de ‘House of Cards’ que viven con mucha presión. ¿Existe esa presión?
Es cierto que existen políticos que te llaman para decirte lo que no les ha gustado. Ese es el día a día. Creo que haces algo bien cuando los políticos se cabrean. Eso lo tengo clarísimo. Pienso que de esa manera estás haciendo bien tu trabajo. Hay otro tipo de presiones más peligrosas, cuando los políticos llaman a los jefes para quejarse. Ahí no buscan el decirte que lo has hecho mal, buscan otra cosa. Eso es más peligrosos. Para mí lo más importante es tener un buen jefe que te proteja de lo más importante que te tiene que proteger.
¿Y tienes buenos jefes?
Yo trabajo con el mejor jefe que he tenido nunca, que es Antonio García Ferreras. Mucha gente pensará que peloteo, pero yo no necesito pelotear a Ferreras. Le conozco desde que tenía 19 años y no vamos a descubrir nada ahora. Para mí es el mejor jefe que he tenido. A Ferreras le quiero personalmente.