Alba Carrillo consiguió ser protagonista por partida doble en la tercera gala de Supervivientes. Lo fue anoche y lo será el próximo domingo, cuando conozcamos si finalmente abandona o no el concurso. Lo bueno de Alba Carrillo es que es real y sus numeritos de desquiciada sin remedio son completamente creíbles. Entiendo que muchos espectadores se sintieran molestos ante la insistencia del presentador para que no abandonara el juego, pero Jorge Javier hizo lo que tenía que hacer.
No había mejor concursante que Lucía para desempeñar el papel de zombie
Perder a Alba Carrillo y a su madre en la misma noche sería un drama absoluto y solamente él podía evitarlo. Las dos son piezas clave de este engranaje, algo de lo que son conscientes tanto ellas como sus compañeros. Probablemente por este motivo Laura Matamoros sea más cruel que de costumbre. A la enemiga acérrima de Makoke le gusta ser protagonista continuamente, lo demostró en su participación en Gran Hermano VIP y hay que admitir que en el concurso de supervivencia forma parte de ese grupo de concursantes que se ven superados por las tramas de otros.
La disputa entre la hija del famoso colaborador y la super modelo fue la gota que colmó el vaso para que Alba y su madre salieran disparadas de la palapa durante la publicidad. No es de extrañar que ambas se sintieran molestas ante el desafortunado comentario de Laura, que acusó a Alba de vender sus relaciones sexuales en diversos platós de televisión. Es gracioso que Laura caiga en este tipo de juegos de tan mal gusto, básicamente porque ella está en televisión por vender sus problemas personales con su padre. Entiendo que Laura Matamoros tiene un concepto de la coherencia algo distorsionado, aparte de grandes dosis de maldad y escasa empatía.
Tras salir de la palapa, madre e hija comunicaban su decisión de abandonar el concurso alegando poca comprensión por parte de sus compañeros. No estuvo acertada Lucía, que lejos de normalizar la situación condujo a su hija Alba a un claro ataque de ansiedad que se podría haber evitado. Tras saber que la audiencia no había votado suficiente por su salvación, Lucía dejó claro su deseo de no exponerse al televoto con Paola y abandonó definitivamente el concurso. Una lástima, pues no se me ocurre mejor concursante para desempeñar el papel de zombie que ella, que hubiera robado con saña y crueldad a sus compañeros desestabilizando el juego más todavía.
Y es que aunque como madre sea una chantajista emocional y una manipuladora profesional, como villana ha sido toda una delicia. Lucía nos dejó y yo me he quedado con ganas de más. Admito que he sentido lástima por ella, sobre todo cuando veía como Alba renegaba de su propia madre, cohibiendo y censurando sus actos y sus palabras. Su unión en el concurso ha resultado un tremendo fracaso, tanto en el juego como en el terreno personal.
La losa de competir juntas
El privilegio de competir junto a un familiar lo han convertido en una losa mutua que ha sacado su peor parte, hecho que probablemente les pasará factura a medio plazo por no saber gestionar este tipo de situaciones, siendo esto fundamental para poder ganar un programa de estas características. Desconozco si la conversación que Jorge Javier mantuvo con Alba minutos después del abandono de Lucía surtirá efecto. Es probable que estos días reflexione y decida quedarse, pero la ví demasiado hundida.
Alba debería tomarse las cosas con humor y aceptar las reglas del juego
Probablemente lo que necesite sea un poco de cariño y apego, nada más. Alba no termina de decir una cosa y empieza a defender una postura completamente contraria a su discurso anterior hasta que sufre un cortocircuito emocional y decide tirar la toalla. Parece que ha llegado al límite, probablemente por darte más importancia a las cosas que la que debiera. Debería tomarse las cosas con más humor y aceptar las reglas del juego del que participa y se lucra por voluntad propia. La ansiedad que muestra constantemente acompañada de su peor cara no nos permiten ver su faceta como superviviente, y es una pena porque intuyo que es muy potente.
Tras la charla entre Jorge y Alba en la que participaron Sandra Barneda y Terelu a través de mensajes de ánimo, el equipo cielo y el equipo infierno se enfrentaron a una nueva apnea. Elihad consiguió ganar a Janet y todos nos llevamos un susto cuando perdió el conocimiento al salir del agua. Fue un momento bastante desagradable que me temo se vuelva a repetir si el concursante no cambia el chip.
Dentro de este grupo hay dos claros bandos enfrentados, por un lado están Leticia y Janet y por otro Eliad y José Luis. Es curioso que los dos hombres acusen continuamente a sus compañeras de decir cosas a las espaldas cuando ellos hacen lo mismo. José Luis y Eliad se han convertido en los típicos lobos con piel de cordero que huyen del conflicto delante de las cámaras pero que no se cortan a la hora de hacer un buen traje a un enemigo común.
En el equipo infierno fue Alejandro quien logró hacerse con el collar de líder. Tras la prueba, los concursantes nominaron de la siguiente manera:
Equipo cielo:
Edmundo: Leticia
Janet: José Luis
Leticia: José Luis
José Luis: Leticia
El equipo tierra desempató y dejó a José Luis como nominado del grupo y Eliad nominó directamente a Janet.
Equipo infierno:
Laura Matamoros: Iván
Iván: Laura Matamoros
Juan Miguel: Iván
El grupo nominó a Iván y Alejandro nominó directamente a Juan Miguel.
Nominados definitivos: Janet y José Luis del equipo cielo e Iván y Juan Miguel del equipo infierno.
Creo que ha llegado el momento de que Iván abandone el juego. De los nominados es el que me resulta más imprescindible, aunque Juan Miguel tampoco es que sea un gran superviviente. Lo que tengo claro es que los nominados del equipo cielo deben salvarse. Su trama de la lucha encarnizada es imprescindible en estos momentos.