La sed y el hambre por ser artista puede jugar alguna mala pasada. Y es que son muchos los que tienen ganas de aprovecharse de aquellos que están dispuestos a hacer todo por ser escuchados o por tener un minuto delante de las cámaras. Surge un nuevo timo que se viene repitiendo desde hace meses en nuestro país y que ha tomado especial relevancia en las últimas semanas: los castings falsos de programas de televisión. 

¿Quiere ser la nueva estrella de la música? ¿Le apetece participar en el programa más visto de la televisión? ¿Quiere tener la oportunidad de ser escuchado? El negocio es bastante sencillo: sólo basta con abrir una web en la que se anuncia un programa de televisión de cierto prestigio, vender el espacio como la web oficial del programa y permitir que los interesados ofrezcan sus datos personales. Después, los organizadores de este fraude sólo tienen que vender datos personales a aquellos interesados. 

Los datos se venden a precio de oro en el mundo del world wide web (www). De eso viven numerosas redes sociales, aplicaciones para móviles o webs de encuestas, de vender información sobre usuarios para conseguir perfiles mucho más definidos a los que puedan acceder las marcas con su publicidad. Por eso vender el casting de un programa de televisión puede ser negocio redondo. 

Durante las últimas semanas han surgido webs falsas de programas como La Voz, Gran Hermano y el recién resurgir de Operación triunfo. Son las cadenas y las productoras de televisión las que se encargan de estos proyectos desde sus páginas oficiales. Nunca se ofrece este servicio a una empresa externa. Sin embargo, son muchos los que caen en la trampa de dar sus datos a cuentas no oficiales con el fin de tener una oportunidad en el negocio de la pequeña pantalla. 

Aunque estas webs (ghelcasting.com, castinglavoz.com) son perseguidas por la Policía, tardan mucho tiempo en ser localizadas. No es hasta que un usuario denuncia el uso fraudulento de un espacio cuando el departamento correspondiente se pone en marcha para cerrar la web e investigar quién está detrás de este fraude. 

En estos últimos meses han surgido muchos casos en torno a varios programas de televisión, pero es un fraude que se viene persiguiendo desde hace años. Fue en 2014 cuando la Andalucía Film Commission se puso en contacto con FACUA para denunciar que se había creado un casting falso sobre Juego de tronos. Se ofrecía un teléfono 11858 al que llamar. Este servicio sólo tenía el fin de marear al interesado a los castings para mantenerle al otro lado del teléfono el mayor tiempo posible y así sacar el mayor dinero de esta llamada de tarifa especial. 

El desconocimiento del usuario

No es complicado dar marcha atrás en las decisiones que un usuario ha tomado a través de una web o de un teléfono si observa que ha sido estafado. Según Rubén Sánchez, portavoz de Facua, "la gente acaba aguantando la estafa porque no saben cómo reclamar. Hay que hablar con el operador de telefonía para trasladar la queja. La compañía no cobraría el sobrecoste y no les enviaría el dinero a los defraudadores". 

Según el portavoz de Facua, es mucho más rápido actuar a través de las compañías que del ministerio correspondiente. Y es que una denuncia a través de este segundo camino podría tardar un año en cerrar el número de teléfono fraudulento. 

Respecto a las webs que piden datos personales, el objetivo es conseguir emails a los que después enviar publicidad masiva y spam. "De no ofrecer el servicio para darse de baja se les podría demandar. Sin embargo, es un servicio al que el usuario se ha dado de alta al ofrecer sus datos en esa web. Pueden dar sus datos a quienes quieran", explican desde Facua. De ahí la importancia de leer la letra pequeña de cualquier web que pida datos personales. 

Del teléfono a la web

La moda de crear páginas de internet en torno a estos castings falsos es la evolución del timo del teléfono fijo. Un timo adaptado a los nuevos tiempos. Y es que no es la primera vez que Operación triunfo se enfrenta a un caso como este. 

Durante sus primeros años de éxito, a principios de siglo, ya hubo denuncias en torno a un proceso paralelo y no oficial para encontrar concursantes para el programs de TVE. En 2003, cuando se había abierto el proceso de selección de concursantes para la tercera edición del programa, se abrió una línea 906 a la que llamar para inscribirse al casting. 

Una vez atendida la llamada, las telefonistas te derivaban de un área a otra con el fin de tener enganchados a los interesados durante varios minutos. La llamada tenía un coste de 60 céntimos de euro por minuto. Al final era atendido por un operador que incluso le daba la oportunidad de cantar. La despedida: un "le llamaremos si ha sido seleccionado". Todo era mentira. Tras este caso hubo dos detenciones, dos hombres con domicilio en Madrid de 70 y 50 años que fueron acusados de estafa.