Desde el pasado lunes 1 de mayo, Canal Cocina viaja por diferentes ciudades españolas en los nuevos capítulos de Cocinamos contigo, programa en el que el chef Sergio Fernández prepara diferentes platos estrella propuestos por personas de todas las regiones de España siguiendo sus pasos y aportando a cada receta sabios consejos y un pequeño toque personal.
Una experiencia, la de poder proponer una receta a un chef para que después la recree, que algunos periodistas hemos podido vivir en nuestras carnes. Y es que, aprovechando la presentación del programa en el FesTVal de Burgos, Canal Cocina nos planteó esta posibilidad.
Sólo unas semanas después, Fernández estaba no sólo dando forma a algunas de nuestras recetas -Pollo casi a la Pantoja-, sino también mejorándola y dándole un toque personal. Pero, no fue la única sorpresa con la que nos encontramos.Y es que un programa de cocina guarda algún que otro secreto.
Los tiempos en la televisión son los que son. Por eso un programa de cocina no podría permitirse preparar un plato en tiempo real. El truco no está en que tengan un horno mágico, sino que todo cocinero cuenta con un ayudante en una cocina paralela que ya tiene preparados los platos que necesitan un mayor tiempo de elaboración.
Lo que para el espectador se disimula con una cortinilla en la que se explica el tiempo de elaboración, lo que realmente ocurre en plató es el denominado ‘cambiazo’: se coloca el plato cocinado de forma paralela en vez el que originalmente se ha metido en el horno.
La fotografía
Para lo que no tiene ayuda Sergio es para guionizar el programa. Y es que el cocinero no cuenta con ningún tipo de guión. Su campechanía y naturalidad son suficientes para entretener a la audiencia explicando la procedencia de los alimentos o recomendando restaurantes imprescindibles de las ciudades que visita el programa.
Aunque, sin ninguna duda, una de las cosas que más sorprende es el minucioso trabajo fotográfico para conseguir la mejor instantánea del plato cocinado. Y es que el resultado puede cambiar mucho el interés de una persona por un plato u otro.
Y así nos encontramos con que nunca hay dos fotografias iguales. Se cambia la luz, el enfoque... Todo con el objetivo de que un mismo plato se vea de distintas formas en redes sociales, la web de Canal Cocina o en un libro de recetas.
Y la pregunta que todo el mundo se hace: ¿qué ocurre después con la comida? En la mayoría de los casos, los platos que se cocina son consumidos por el equipo del programa. Y es que es muy difícil no intentar probar estando todo el día delante de estos manjares.