María Teresa Campos nos ha dado una lección de las buenas. Porque, al fin y al cabo, el amor nunca debería ser silenciado, y ayer fuimos testigos de lo bonito que es ese sentimiento que tanto sufrimiento nos causa en ocasiones. A la periodista le bastó con una corta llamada para emocionarnos a todos. Hasta Sandra Barneda apareció en escena visiblemente conmovida y con lágrimas en los ojos tras las palabras de la periodista.
‘’Quiero decirte que desde que te fuiste, aquí han pasado muchas cosas que sabrás cuando vuelvas. Prefiero decírtelo cuando llegues aquí. Estoy feliz de que estés viviendo tu sueño. Nada ha mermado lo que siento por ti y como no tengo incapacidad de sacar de mí los sentimientos como sí la tienes tú, me quiero despedir de ti diciéndote que te quiero, que te cuides, Te amo”.
Es como si María Teresa hubiera decidido romper con lo establecido en un acto de rebeldía.
A decir verdad, es un momento que pensábamos que nunca se produciría. Es como si María Teresa hubiera decidido romper con lo establecido en un acto de rebeldía. Una reacción necesaria que emocionó a este humilde observador y que me valió para mirar a la presentadora con otros ojos.
Edmundo está pasando estos días en absoluta soledad. Lleva desde el jueves prácticamente sin comer, aunque la situación está controlada en todo momento por el equipo médico del programa. El concursante ha decidido adoptar un rol melancólico, tanto en su actitud como en su manera de expresarse. Utiliza frases con tintes tristes, como si su experiencia estuviera encaminada a la reflexión sobre lo que es verdaderamente importante para el alma de una persona en este recorrido que llamamos vida.
La participación de Edmundo supone un contraste absoluto con la de otros participantes de reality, como la de Laura Matamoros, que vuelve a dejarse llevar por sus instintos más primarios como hace más de un año en Gran Hermano VIP. Laura ha terminado sucumbiendo ante los deseos y las malas artes de Gloria Camila y de Kiko, que no dejan de machacar a José Luis haga lo que haga.
Recuerda esta Laura a la que se unía al aquelarre contra Carlos Lozano dentro de la casa que la descubrió como personaje televisivo. La hija del famoso colaborador no lleva bien que un compañero decida coger las riendas de la situación y destaque más que el resto. Si eso pasa, se une al grupo mayoritario y comienza a despellejar al líder en cuestión.
El machaque continuado a José Luis
Es una historia que ya hemos visto antes, veremos si esta vez consigue volver a ganar la partida. Es bochornoso asistir al machaque continuado contra un concursante. El colmo se producía cuando le recriminaban que hiciera fuego sin avisarlos. A este paso, José Luis va a tener que pedir hora para poder hacer sus necesidades, pues me temo que también van a darse por ofendidos si el cocinero va a mear sin previo aviso.
Alejandro ha pasado de no hablar a meter un poquito de mierda
Es una lástima que esto esté pasando, pues los movimientos de esta concursante me hacían pensar que nos encontrábamos ante una Laura más madura y más sensata, pero la realidad nos está mostrando todo lo contrario. Algo parecido está pasando con Alejandro, que de no hablar o expresarse más bien poco, ha pasado a aparecer en escena para meter un poquito de mierda. Ya que juego, lo que es juego, da poquito, debería esforzarse más en las pruebas, pues desde que no se celebra el juego de la apnea anda más invisible que nunca.
Otro de los platos fuertes de la noche fue la visita a plató de Leticia Sabater. A decir verdad, es imposible tomársela en serio. Resulta demasiado evidente que solo busca hacerse platós a cambio de decir estupideces de lo más rebuscadas. Es una lástima que haya decidido escoger ese camino, pero tampoco podemos pedirle peras al olmo.
Leticia es lo que es, y como tal hay que tomarse sus apariciones televisivas. Tampoco hay que tenerla muy en cuenta, aunque resulta demasiado violento y bastante desagradable ver como ofende y recurre a la falta de respeto para llamar la atención. Estaría genial que demostrara un mínimo de empatía al menos por los familiares del resto de concursantes, ya que no están acostumbrados al medio y no tienen la obligación de aguantar las gilipolleces de esta señora, que cada día anda peor de lo suyo.