La prueba de anoche fue de todo menos equitativa. Hubiera tenido sentido si las recompensas y sus contraprestaciones fueran fruto del azar, pero no se comprende que todos puedan elegir comer y Laura Matamoros no dispusiera de dicha opción. Empieza a resultar tedioso que Gloria y Kiko tengan más oportunidades que el resto a la hora de obtener alimento.
Hace poco una tarta que no compartieron con ninguno de sus compañeros, ayer un suculento plato de pasta a cambio de nada. Gloria consiguió librarse de su castigo con Laura, obtuvo su ración de espaguetis y encima se llevó un colchón en el que descansar durante los próximos días. A cambio castigó a los hombres sin ir a pescar esta semana.
Es tedioso que Gloria y Kiko tengan más oportunidades que el resto
Laura solo tuvo la posibilidad de ponerle punto y final a su sanción con Gloria, a cambio de que la pareja comiera en crudo hasta nuevo aviso. Iván tuvo que aceptar raparse el pelo por comerse tres bocadillos de calamares, Alejandro rechazó degustar un pollo asado a cambio de no sentenciarse como nominado en la gala del jueves.
Son situaciones muy desequilibradas y nada equitativas que colocan a los concursantes en distintos lugares. Paola declinó la idea de repartir una tarta de chocolate con sus compañeros ya que prefirió conservar el kit de pesca para todos. Ella fue una de las más solidarias en la prueba de anoche, aunque no creo que su altruismo provoque la empatía de unos compañeros que empiezan a estar cansados del carácter de la italiana. Es evidente que a veces se pasa de pesada, pero tiene delito que Alejandro le acuse de no hacer ni el huevo y encima lo comente con Laura y Gloria, cuando ellas hacen mucho menos que su compañera.
Kiko, mucho más vivo
Gloria y Laura viven mimetizadas con la arena de la playa, al igual que Alba. La diferencia de las dos primeras con la segunda es que esta última no pone en duda ni critica las dotes del compañero que le da de comer. Y es que es demasiado evidente que a Gloria no le costó nada decidir quedarse con el privilegio y aceptar la contraprestación, ya que con ella el mayor afectado es José Luis, que se queda sin pescar en estos días.
Gloria y Kiko se consideran superiores a sus compañeros
La nominada tuvo la poca decencia de excusarse exponiendo que las chicas también son válidas para ir a pescar, como si alguien hubiera impedido tal hecho. Parece que se ha olvidado de que no fue capaz de cumplir con el reto que le impuso la organización hace una semana de capturar quince peces. Hasta se atrevió a hacer trampas al afirmar haber pescado un pez que había capturado su novio.
Gloria y Kiko son adictos al conflicto y están separados del resto por voluntad propia. Se consideran superiores a sus compañeros y miran a todos por encima del hombro. Se creen con derecho a hablar con despotismo a sus contrarios y consideran que deben ser elogiados cuando cumplen con su obligación.
Me gustaría que el próximo jueves fuera Gloria la expulsada. Kiko está mucho más vivo que su novia y su figura como concursante tiene un recorrido mucho más largo. Ella poco puede aportar. El hartazgo que demuestra por el programa es más que evidente y su presencia no hace más que perjudicar a los que deciden por voluntad propia estar a su lado, como es el caso de Laura Matamoros y el de su propio novio.
Gloria es el claro ejemplo de concursante de reality que cumple con la teoría de la progresión negativa. Ha ido perdiendo puntos a niveles extremos con el paso de los días. En el caso opuesto se encuentran sus tres mayores rivales, José Luis, que empezó como un desconocido y hoy por hoy es el ganador de esta edición; Iván, que fue un coñazo con sus dolores de espalda y ha acabado convirtiéndose en un concursante adulto y sensato; y Alba, que de desquiciada ha pasado a ser una necesaria conciliadora dentro del grupo.