Laura Matamoros, la que se permite el lujo de cuestionar la cultura de sus compañeros, no se inmuta a la hora de amenazar a sus contrarios, aunque para ello tenga que usar a su padre y a su hermano. Lo vimos anoche en uno de los vídeos de ‘Tierra de nadie’, donde la ganadora de GH VIP advertía a Iván de la caña que iba a recibir en los platós por parte de los Matamoros.
Laura sigue estancada en ese bucle de camorra y mala educación
Laura sigue estancada en ese bucle de camorra y mala educación que le caracteriza. Se cree que por quejarse y repetir cien mil veces al día que sus compañeros no le dejan hacer nada, nos lo vamos a creer. No hay quién compre esa historia, que no se sostiene por ningún lado. Conocemos a Matamoros desde hace ya unos añitos y, si verdaderamente quisiera moverse para demostrar sus dotes como superviviente, lo haría. Sacaría ese carácter que tiene y no permitiría que nadie le dijera que es lo que puede o no hacer. Pero es más cómodo tumbarse a la bartola y lamentarse de una situación que ella y sus adeptos se han inventado para victimizarse y convencer a la audiencia de algo que no existe.
Llevo años analizando el género y siempre encuentro virtudes en lo generosas que son las personas que deciden exponerse de tal forma. Pero en el caso de Laura Matamoros, no me ocurre eso. Me cuesta sobremanera localizar aspectos positivos de su personalidad, probablemente porque ella es demasiado hermética y no sabe jugar a esto. No pongo en duda que tenga cosas buenas, faltaría más, pero la verdad es que no sabe proyectarlas.
Otro de sus defectos es que con su negatividad y su mal rollo constante consigue atrapar a personas más débiles para conducirlas por el camino erróneo. Lo intentó con Alejandro, y ahora lo está consiguiendo con Alba, que va cuesta abajo y sin frenos. Las dos son tan tóxicas como venenosas, aunque la diferencia entre Laura y Alba es que la primera cuenta con una legión de seguidoras y la segunda va a pagar muy caro sus últimos movimientos en el juego.
La crueldad y el menosprecio de Carrrillo
No hay excusa para lo que está haciendo Carrillo. Emplear la crueldad en cada discusión que mantiene por cualquier circunstancia, no es algo válido. Al principio del concurso, cuando hizo referencia al encarcelamiento de Ortega Cano, la disculpé por el estrés que suponía concursar junto a su madre, pero ahora su última disputa con Iván no tiene ninguna excusa.
Es una lástima el tremendo cambio que ha dado en tan solo dos semanas
Tampoco ayuda ese menosprecio que muestra por la audiencia, la misma que ayer se manifestó de manera gratuita a través de la app de mediaset y en la que decidieron que concursantes tenían razón acerca de los últimos conflictos sucedidos en el juego. No contenta con no aceptar el voto del público que la sigue, Alba hizo un comentario clasista que no la deja en muy buen lugar: ‘’He perdido porque mis amigos están durmiendo ya que mañana trabajan’’.
Es una lástima el tremendo cambio que ha dado en tan solo dos semanas, tan brusco que he llegado a pensar que hay algo que se nos escapa. Estaría bien que Jorge le preguntara el próximo jueves que es lo que ha sucedido para que cambie su opinión sobre José Luis, al que llevaba defendiendo a capa y a espada hasta el momento en el que su compañero tuvo que ser evacuado por un cólico nefrítico.
Lo cierto es que la isla está dividida en dos bandos irreconciliables. Laura está acostumbrada a vivir en esas condiciones. Ya lo pudimos comprobar en su edición de GH VIP, cuando necesitaba esconderse con sus lacayos en la habitación para despellejar a sus adversarios. Recuerdo su desfachatez hablando incluso de un menor, del hijo de Alejandro Nieto. Llegó a cuestionar que dicho concursante estaba utilizando la enfermedad de su hijo para hacerse la víctima.
Sí, queridos. La crueldad de esta joven no tiene límites. Lo que estamos viendo en Supervivientes no es nada nuevo. Los que analizamos estos programas lo sabemos bien. Somos conocedores de su rabia, de ese veneno que necesita propagar para poder sentir que domina una situación que en realidad no sabe llevar. Laura Matamoros es así. Una mujer llena de odio que debe expulsar continuamente. Tenerlo dentro debe resultar insoportable.